Recuerdo todas las veces que en algún restaurante con amigos fantaseamos con la idea de montar un negocio, de cómo sería la carta, la decoración, el servicio... Pues este sueño lo han hecho realidad un grupo de amigos de la infancia en Las Palmas de Gran Canaria. Tras imaginarlo juntos infinidad de veces, hace unos meses dieron el paso. Encontraron un local muy cerca del teatro Pérez Galdós y le dieron vida. La decoración hace honor a su nombre, La Fábrica del Teatro. Por un lado los materiales vistos (como el cemento, los ladrillos o la madera) hacen alusión a la fábrica y, por otro, los dibujos, los carteles, los mensajes... evocan el mundo del teatro. Para ellos es muy importante no solo ofrecer un buen servicio y unos platos personales a precios asequibles, sino también potenciar el mundo de la cultura, recuperar esa vida que hay en otras ciudades alrededor de un teatro y traerla al Pérez Galdós.
Recuerdo todas las veces que en algún restaurante con amigos fantaseamos con la idea de montar un negocio, de cómo sería la carta, la decoración, el servicio... Pues este sueño lo han hecho realidad un grupo de amigos de la infancia en Las Palmas de Gran Canaria. Tras imaginarlo juntos infinidad de veces, hace unos meses dieron el paso. Encontraron un local muy cerca del teatro Pérez Galdós y le dieron vida. La decoración hace honor a su nombre, La Fábrica del Teatro. Por un lado los materiales vistos (como el cemento, los ladrillos o la madera) hacen alusión a la fábrica y, por otro, los dibujos, los carteles, los mensajes... evocan el mundo del teatro. Para ellos es muy importante no solo ofrecer un buen servicio y unos platos personales a precios asequibles, sino también potenciar el mundo de la cultura, recuperar esa vida que hay en otras ciudades alrededor de un teatro y traerla al Pérez Galdós.