Una
dieta alta en fibra mitiga las respuestas inmunológicas dañinas y excesivas en
los pulmones al tiempo que aumenta la inmunidad antiviral al activar las
células T, según un estudio de la Universidad Monash publicado en la revista Immunity. Estos beneficios dobles fueron mediados por
cambios en la composición de las bacterias intestinales, lo que condujo a un
aumento en la producción de ácidos grasos de cadena corta (AGCC) a través de la
fermentación microbiana de la fibra dietética. El equipo demostró en ratones que
una dieta complementada con inulina de fibra altamente fermentable o AGCC los protegía
de la infección de la gripe. Estos tratamientos condujeron tanto a la
amortiguación de la respuesta inmune innata que típicamente se asocia con el
daño tisular, como a la mejora de la respuesta inmune adaptativa que se encarga
de eliminar los patógenos. La fibra dietética desconectaba de manera selectiva
parte de del sistema , al tiempo que activaba otra parte completamente distinta.
La dieta moderna occidental que consiste en alimentos altos en azúcar y grasa y
bajos en fibra podría aumentar la susceptibilidad a las enfermedades
inflamatorias al tiempo que disminuye la protección contra las infecciones.
Desde un punto de vista terapéutico, se necesita investigación adicional para
determinar cuánta fibra y qué tipo de fibra sería más efectiva en los humanos, para
beneficiar a las personas con asma o para prevenir las infecciones virales.