- Cascarujas: legumbres secas, garbanzos, habas, etc. para picar mientras tomas el aperitivo
- Grao de gamba y bacalao. Un primer snack de galleta de gamba con un buñuelo de bacalao
- Helado de espárragos. Este helado ya lo habíamos probado (y nos había horrorizado) en la heladería de Jordi Roca en Madrid, Rocambolesc. Como postre en cucurucho no valía nada pero como plato, con su acompañamiento de esparrago triguero crudo era resultón.
- Dátil
- Ópera de foie
- Panna cotta de maíz con foie
Estos tres bocados vinieron juntos, un homenaje al foie con platos de distinta intensidad y textura. El dátil más fuerte, la ópera una pequeña tarta con toque de foie y la panna cotta de sabor más suave.
- Etéreo de manchego, una esponja con sabor a queso que desaparecía al entrar en la boca. A los que no comían queso les sirvieron un rollito de morcilla ;)
- Bombón de aceituna: curioso cuando menos, al metértelo en la boca y romperlo se libera el líquido de su interior. Era como darle un trago al caldo de un bote de aceitunas
En este punto una parada para degustar un delicioso aceite del que había que controlarse para no pasarse con él y con el pan ya que empezaban los platos del menú.
- Nuestro tomate. A partir de aquí la polémica sobre que plato estaba más rico. Esta crema fría de tomate fue de los primeros que nos despertaron el paladar.
- Espardeñas con lechugas a la brasa. Falso calamar con lechuga empanada a la brasa. Un platazo. De los mejores del menú.
- Cigala al vapor de wakame. Bien preparadas y con sabor a parrilla quizá el plato ganase si fuera gamba (como venía en la carta) en vez de cigala.
- Parmentier de patata morada. ¿Puede un puré de patatas ser exquisito? pues este si lo era. Venía cubierto de una lámina de patata morada que se rompía y se mezclaba con el puré que había en el interior del plato.
- Crema de guisantes y gamba blanca. La idea era disfrutar del plato mezclando la crema con los elementos que aparecían en el contorno: pepino, flores, cebolleta, gambas, etc.
- Arroz con coliflores: un arroz exquisito, con un sabor intenso. No podía faltar en un menú Mediterráneo
- Pescadilla con pil-pil blanco
- Lomo con mostaza verde: lomo de vaca vieja, un plato simple pero delicioso
- Magdalena de limón:
- Macarrón de rosas
- El mundo en una caja: una caja con 5 chocolates del mundo, a cada cual más rico y el fin idóneo para una gran comida
Con los cafés vinieron los petit-four :"Chuches". Un variado de chocolates y nubes.
El menú merece la pena, sin duda. Nosotros nos lo pensamos ya que íbamos con los niños y nos habían comentado que la duración del mismo podía llegar a las 3 horas; al final fueron tres y media pero el ritmo fue bueno. Para los niños tienes las opciones de la carta y, además, se ofrecen a preparles pasta, pescado o carne. Nosotros le pedimos un solomillo (que por cierto estaba delicioso) y que salió por 14 euros. La cuenta final, para los 5 menús y el niño, salió por unos 90 euros PAX, incluyendo el servicio de agua (2 euros cabeza), 2 Coca-Colas, una cerveza, un cava, cuatro café y dos botellas de vino, una de Essens Chardonnay Alicantino 23€ y un Borgoña del que no me quedé con el nombre (habíamos pedido Gran Ardeche pero no quedaban y nos sirvieron otro manteniendo el precio 25€).
Salimos del local encantados, comentando lo bien que habíamos comido y discutiendo sobre cual había sido el mejor plato ¿qué más pistas de que La Finca es un restaurante de los que merecen la pena?