La fotografía y los límites de la realidad

Por Photosatriani @artimprove

He tenido la oportunidad de ver dos exposiciones en Madrid que en principio no parecían tener ninguna conexión y que al final resultaron como dos piezas de un único puzzle que se está paulatinamente componiendo tanto en mi cabeza como en la cabeza de muchos artistas visuales. Dicho puzzle está cuestionando si y como los límites de la realidad pueden ser traspasados por la fotografía.

Man Ray con intruso

La primera exposición: “Visiones expandidas. Fotografía y experimentación” está hasta el 26 de Marzo en CaixaForum y presenta una recopilación de obras experimentales que diferentes artistas crearon para explorar los límites del lenguaje fotografico y ofrecer un horizonte creativo que va más allá del acto de hacer o crear fotografías a través de una cámara o a través de procesos en cámara oscura. La fotografía se mezcla con la pintura, la escultura, la física, la química, la manualidad. Hubo un tiempo en el cual la fotografía se consideraba como la encarnación de la libertad experimental y este espíritu ha llegado hasta hoy, cuando algunos artistas están experimentando y abordando cuestiones relacionadas con la creación de las imágenes y con el rol que estas asumen en el mundo actual gracias a la tecnología digital antes y ahora gracias a la inteligencia artificial. La exposición se estructura en seis secciones temáticas (Luces, Movimiento, Alteraciones, La visión a prueba, Recrear mundos y Anatomías) y en cada una de ellas se presentan obras de Man Ray, László Moholy-Nagy, Dora Maar, Maurice Tabard, Sara Cwynar,  Gerard Ifert, Sameer Makarius, Etienne Trouvelot, Joachim Bonnemaison, Giacomo Costa, por citar solo algunos.

Un collage de algunas de las imágenes que se pueden disfrutar en la exposición

La segunda exposición: “Código y Algoritmos” está hasta el 16 de Abril en la Fundación Telefónica. Su propósito es lo de hacer más comprensibles a todos, lo que conlleva el uso masivo de los algoritmos en muchos aspectos de nuestra cotidianeidad, planteándonos preguntas ético-filosóficas del tipo: ¿Pueden garantizar los algoritmos una mayor neutralidad y eficiencia? ¿Están tan libres de los sesgos humanos como solemos pensar? ¿Cómo podemos hacer prevalecer nuestra humanidad en un mundo tan “calculado”? 

A través de un conjunto de ejemplos, la exposición nos cuenta hasta qué punto un algoritmo puede condicionar la vida de millones de personas. Siendo esta la realidad, cabe preguntarse y asegurarse que las decisiones cada vez más transcendentales que delegamos en los algoritmos, sean éticas y justas porque neutras y objetivas seguro que no los son. No lo son porque nadie nos garantiza por ejemplo que no hay sesgo en los datos con los cuales se entrenan los motores de inteligencia artificial; esto aspecto, junto con el punto de vista de quien codifica el algoritmo, constituyen una mezcla potencialmente muy peligrosa. Consecuentemente, es preciso esperar y operar para que exista una “gobernanza algorítmica” para potenciar los aspectos positivos que los algoritmos aportan a nuestra vida, sin llegar a disminuir o anular el potencial humano.

El punto de unión de estas dos exposiciones lo he encontrado en la revolución en acto en las artes visuales con la llegada de la inteligencia artificial; algoritmos usados para generar imágenes únicas y probabilísticamente irrepetibles a partir de una descripción textual de lo que se quiere y usando el “universo” de datos constituido por las millones de imágenes que la comunidad humana en su conjunto sube en Internet diariamente…para saber más de este tema os invito a leer el artículo que he escrito para la plataforma Dodho