Durante estos días se han celebrado eventos que glorifican su existencia y su papel en la sociedad. En el caso de la narrativa, contó su momento de mayor protagonismo el pasado martes en Sant Jordi, el día del libro y la rosa. Un año más, Barcelona ha presentado en su passeig de Gràcia cientos de carpas y pergolitas repletas de libros y a sus autores firmando a lectores entregados en la causa.
Este 2019 los libros más vendidos en esta fecha célebre han sido en ficción en castellano “Lo mejor de ir es volver”, del inimitable Albert Espinosa y en no ficción “...Y ahí lo dejo. Crónica de un proceso” de Gonzalo Boye.
Esta semana también nos ha regalado otro momento de elogio al mundo de las letras con la entrega del Premio Cervantes a la escritora uruguaya Ida Vitale. Una señora que con 95 años irradia energía y fuerza, valores que sellan su espíritu luchador que transmite en sus palabras acertadas. Como en el discurso que dio, que empezó haciendo mención a las víctimas del atentado terrorista Sri Lanka.
Otra oda a la literatura se dio esta semana con otro premio que en este caso recibió un dramaturgo. No se puede entender el teatro actual sin la obra de Peter Brook, uno de sus padres. Alguien que consiguió que los códigos culturales se mezclaran, haciendo que pareciera lo más fácil del mundo. Brook es considerado el mejor director teatral del siglo XX y uno de los grandes revolucionarios del teatro contemporáneo. Y debe serlo porque ha conseguido un éxito mundial con una obra de una duración de seis horas. Gracias a ella, consagró su trabajo como director. El dramaturgo dirigió la versión cinematográfica y para televisión, que ganó el premio Internacional de TV Emmy de Teatro en 1990. Para entender la obra de Brook se debe leer convertido en un texto fundamental sobre teatro moderno y publicado en más de quince idiomas ‘The Empty Space’.
En siete días, se ha aproximado la cultura a una sociedad en la que ahora predominan otras prioridades muy distanciadas de la lectura y en el arte de la expresión verbal.En una sociedad en la que predomina lo visual, gana más peso que nunca hacer un homenaje al poder de las palabras. A todo lo que ha aportado y a todo lo que ofrece. A lo que significa y lo que puede significar. A lo que representa y a lo que podría representar. La fuerza de la literatura, en un momento en el que no se le dedica la visibilidad que merece, debe hacerse notar ahora más que nunca. Con tan solo 22 años ya fue director de la Royal Open House. Durante estos días se han celebrado eventos que glorifican su existencia y su papel en la sociedad. En el caso de la narrativa, contó su momento de mayor protagonismo el pasado martes en Sant Jordi, el día del libro y la rosa. Un año más, Barcelona ha presentado en su passeig de Gràcia cientos de carpas y pergolitas repletas de libros y a sus autores firmando a lectores entregados en la causa.
Este 2019 los libros más vendidos en esta fecha célebre han sido en ficción en castellano “Lo mejor de ir es volver”, del inimitable Albert Espinosa y en no ficción “...Y ahí lo dejo. Crónica de un proceso” de Gonzalo Boye.
Esta semana también nos ha regalado otro momento de elogio al mundo de las letras con la entrega del Premio Cervantes a la escritora uruguaya Ida Vitale. Una señora que con 95 años irradia energía y fuerza, valores que sellan su espíritu luchador que transmite en sus palabras acertadas. Como en el discurso que dio, que empezó haciendo mención a las víctimas del atentado terrorista Sri Lanka.
Otra oda a la literatura se dio esta semana con otro premio que en este caso recibió un dramaturgo. No se puede entender el teatro actual sin la obra de Peter Brook, uno de sus padres. Alguien que consiguió que los códigos culturales se mezclaran, haciendo que pareciera lo más fácil del mundo. Brook es considerado el mejor director teatral del siglo XX y uno de los grandes revolucionarios del teatro contemporáneo. Y debe serlo porque ha conseguido un éxito mundial con una obra de una duración de seis horas. Gracias a ella, consagró su trabajo como director. El dramaturgo dirigió la versión cinematográfica y para televisión, que ganó el premio Internacional de TV Emmy de Teatro en 1990. Para entender la obra de Brook se debe leer convertido en un texto fundamental sobre teatro moderno y publicado en más de quince idiomas ‘The Empty Space’.
En siete días, se ha aproximado la cultura a una sociedad en la que ahora predominan otras prioridades muy distanciadas de la lectura y en el arte de la expresión verbal.En una sociedad en la que predomina lo visual, gana más peso que nunca hacer un homenaje al poder de las palabras. A todo lo que ha aportado y a todo lo que ofrece. A lo que significa y lo que puede significar. A lo que representa y a lo que podría representar. La fuerza de la literatura, en un momento en el que no se le dedica la visibilidad que merece, debe hacerse notar ahora más que nunca. Con tan solo 22 años ya fue director de la Royal Open House. Durante estos días se han celebrado eventos que glorifican su existencia y su papel en la sociedad. En el caso de la narrativa, contó su momento de mayor protagonismo el pasado martes en Sant Jordi, el día del libro y la rosa. Un año más, Barcelona ha presentado en su passeig de Gràcia cientos de carpas y pergolitas repletas de libros y a sus autores firmando a lectores entregados en la causa.
Este 2019 los libros más vendidos en esta fecha célebre han sido en ficción en castellano “Lo mejor de ir es volver”, del inimitable Albert Espinosa y en no ficción “...Y ahí lo dejo. Crónica de un proceso” de Gonzalo Boye.
Esta semana también nos ha regalado otro momento de elogio al mundo de las letras con la entrega del Premio Cervantes a la escritora uruguaya Ida Vitale. Una señora que con 95 años irradia energía y fuerza, valores que sellan su espíritu luchador que transmite en sus palabras acertadas. Como en el discurso que dio, que empezó haciendo mención a las víctimas del atentado terrorista Sri Lanka.
Otra oda a la literatura se dio esta semana con otro premio que en este caso recibió un dramaturgo. No se puede entender el teatro actual sin la obra de Peter Brook, uno de sus padres. Alguien que consiguió que los códigos culturales se mezclaran, haciendo que pareciera lo más fácil del mundo. Brook es considerado el mejor director teatral del siglo XX y uno de los grandes revolucionarios del teatro contemporáneo. Y debe serlo porque ha conseguido un éxito mundial con una obra de una duración de seis horas. Gracias a ella, consagró su trabajo como director. El dramaturgo dirigió la versión cinematográfica y para televisión, que ganó el premio Internacional de TV Emmy de Teatro en 1990. Para entender la obra de Brook se debe leer convertido en un texto fundamental sobre teatro moderno y publicado en más de quince idiomas ‘The Empty Space’.
En siete días, se ha aproximado la cultura a una sociedad en la que ahora predominan otras prioridades muy distanciadas de la lectura y en el arte de la expresión verbal.En una sociedad en la que predomina lo visual, gana más peso que nunca hacer un homenaje al poder de las palabras. A todo lo que ha aportado y a todo lo que ofrece. A lo que significa y lo que puede significar. A lo que representa y a lo que podría representar. La fuerza de la literatura, en un momento en el que no se le dedica la visibilidad que merece, debe hacerse notar ahora más que nunca. Con tan solo 22 años ya fue director de la Royal Open House. Durante estos días se han celebrado eventos que glorifican su existencia y su papel en la sociedad. En el caso de la narrativa, contó su momento de mayor protagonismo el pasado martes en Sant Jordi, el día del libro y la rosa. Un año más, Barcelona ha presentado en su passeig de Gràcia cientos de carpas y pergolitas repletas de libros y a sus autores firmando a lectores entregados en la causa. Esta semana ha sido un elogio a la literatura. Al mundo infinito de las palabras. Las creadoras de historias enfrascadas en páginas blancas adornadas de textos que te narran mundos paralelos. La lectura de un libro puede ser todo un descubrimiento y a lo largo de las décadas la literatura ha traído revelaciones en forma de autores.
Durante estos días se han celebrado eventos que glorifican su existencia y su papel en la sociedad. En el caso de la narrativa, contó su momento de mayor protagonismo el pasado martes en Sant Jordi, el día del libro y la rosa. Un año más, Barcelona presentó en su passeig de Gràcia cientos de carpas y pregolitas repletas de libros y a sus autores firmando a lectores entregados al momento.
Esta semana también nos ha regalado otro momento de elogio al mundo de las letras con la entrega del Premio Cervantes a la escritora uruguaya Ida Vitale. Una señora que con 95 años irradia energía y fuerza. Valores que sellan su espíritu luchador que transmite a través de sus palabras acertadas en cada una de sus declaraciones de intenciones. Como en el discurso que dio al recibir el premio haciendo mención a las víctimas del atentado terrorista Sri Lanka.
Otra oda a la literatura se vivió esta semana con otro premio que en este caso recibió un dramaturgo. No se puede entender el teatro actual sin la obra de Peter Brook, uno de sus padres, a quien se le ha entregado el premio Príncipe de Asturias. Alguien que consiguió que los códigos culturales se mezclaran haciendo que pareciera lo más fácil del mundo. Brook es considerado el mejor director teatral del siglo XX y uno de los grandes revolucionarios del teatro contemporáneo. Y debe serlo para conseguir que una obra teatral de una duración de seis horas se convierta en un éxito mundial. El dramaturgo dirigió la versión cinematográfica y para la televisión, que ganó el premio Internacional de TV Emmy de Teatro en 1990. Para entender la obra de Brook se debe leer, convertido en un texto fundamental sobre teatro moderno y publicado en 15 idiomas, su trabajo 'The Empty Space'.
En siete días, se ha aproximado la cultura a una sociedad en la que ahora predominan otras prioridades muy distanciadas de la lectura y en el arte de la expresión verbal. En una sociedad en la que predomina lo visual, gana más peso que nunca hacer un homenaje al poder de las palabras. A todo lo que se ha aportado y a todo lo que ofrece. A lo que significa y lo que puede significar. A lo que representa y a lo que podría representar. La fuerza de la literatura, en un momento en el que no se le dedica la visibilidad que merece, debe hacerse notar más que nunca.
Este 2019 los libros más vendidos en esta fecha célebre han sido en ficción en castellano “Lo mejor de ir es volver”, del inimitable Albert Espinosa y en no ficción “...Y ahí lo dejo. Crónica de un proceso” de Gonzalo Boye. Este 2019 los libros más vendidos en esta fecha célebre han sido en ficción en castellano “Lo mejor de ir es volver”, del inimitable Albert Espinosa y en no ficción “...Y ahí lo dejo. Crónica de un proceso” de Gonzalo Boye. Durante estos días se han celebrado eventos que glorifican su existencia y su papel en la sociedad. En el caso de la narrativa, contó su momento de mayor protagonismo el pasado martes en Sant Jordi, el día del libro y la rosa. Un año más, Barcelona ha presentado en su passeig de Gràcia cientos de carpas y pergolitas repletas de libros y a sus autores firmando a lectores entregados en la causa. Esta semana ha sido un elogio a la literatura. Al mundo infinito de las palabras. Las creadoras de historias enfrascadas en páginas blancas adornadas de textos que te narran mundos paralelos. La lectura de un libro puede ser todo un descubrimiento y a lo largo de las décadas la literatura ha traído revelaciones en forma de autores. Esta semana ha sido un elogio a la literatura. Al mundo infinito de las palabras. Las creadoras de historias enfrascadas en páginas blancas adornadas de textos que te narran mundos paralelos. La lectura de un libro puede ser todo un descubrimiento y a lo largo de las décadas la literatura ha traído revelaciones en forma de autores. Esta semana ha sido un elogio a la literatura. Al mundo infinito de las palabras. Las creadoras de historias enfrascadas en páginas blancas adornadas de textos que te narran mundos paralelos. La lectura de un libro puede ser todo un descubrimiento y a lo largo de las décadas la literatura ha traído revelaciones en forma de autores. Esta semana ha sido un elogio a la literatura. Al mundo infinito de las palabras. Las creadoras de historias enfrascadas en páginas blancas adornadas de textos que te narran mundos paralelos. La lectura de un libro puede ser todo un descubrimiento y a lo largo de las décadas la literatura ha traído revelaciones en forma de autores.