El trabajo realizado por la Fundación Juan XXIII y Beam Global, una de las compañías líderes de bebidas espirituosas en España, para que discapacitados intelectuales se formen en el sector de la Hostelería, se ha visto recompensado. Finalizado el último Curso de Auxiliar de Cafetería promovido por Beam Global, los alumnos han firmado un contrato de trabajo como camareros. En tiempos como estos cabe resaltar este hito humano, en el que profesores, educadores y la Fundación Juan XXIII han puesto tanto esmero.
Daniel Morón, Ismael Garrido y Verónica Martínez son tres miembros de la Fundación Juan XXIII que han firmado su primer contrato de trabajo como camareros. Empezaron su formación como hosteleros en la primera promoción del Curso de Auxiliar de Cafetería, en 2008 y han sido los primeros en dar el primer paso en el mundo laboral. Los tres son un ejemplo claro de que la discapacidad intelectual no es un impedimento para que jóvenes con ganas de aprender y de hacerse un hueco en el mundo laboral consigan su sueño. La formación en Auxiliar de Cafetería que han obtenido después de tres años les ha servido para que además de formarse, encuentren un empleo y se integren en el mundo laboral. Ellos afirman estar felices y orgullosos de haber conseguido hacerse un hueco en el ámbito laboral, un reto que afrontan con mucha ilusión.
El Curso de Auxiliar de Cafetería empezó en 2008 promovido por Beam Global con nueve alumnos. Actualmente cuenta con catorce jóvenes que sueñan con hacerse un hueco en el mundo de la Hostelería. "Verónica, Ismael y Dani destacaron en su promoción y actualmente siguen su formación para perfeccionar la técnica y convertirse en completos profesionales", afirma el director de la Fundación Juan XXIII, Javier Arroyo.
El curso está impartido por técnicos en restauración, preparadores sociales, psicólogos, y pedagogos. Consta de 300 horas, 100 teóricas y 200 prácticas, que forman los 6 módulos en los que se divide el programa. En ellos se aprende a preparar un buffet, montar las mesas en un restaurante, servir en bandeja los pedidos, nociones necesarias para la elaboración, conservación y mantenimiento de los productos, así como la prevención de accidentes. Todo esto sin olvidar la atención al cliente, el manejo del dinero o los hábitos de seguridad e higiene en el trabajo. También los alumnos de este curso se forman tanto en la preparación y organización de caterings, así como en la disposición del equipo de camareros a la hora de servirlos. Ismael, Dani y Verónica ya han vivido la experiencia de servir en caterings como profesionales, desplazándose a eventos de importantes empresas que quedan maravilladas ante la destreza de los jóvenes. Los tres aseguran que aunque la cafetería les encanta, "servir caterings es más divertido porque estás en contacto con la gente"
Ismael, es el benjamín del grupo, tiene 24 años. Se ha convertido en un experto preparando café. Asegura que "no ha sido difícil aprenderse las diferentes variedades que se pueden servir". Verónica, tiene 25 años. Ella prefiere moverse con la bandeja, "intento que no se caiga nada de las tazas, porque si no tengo que volver a prepararlo para presentarlo bien". El trato con la gente es el punto fuerte de Dani, de 26 años. Tras la barra atiende a cualquier cliente al detalle, lo que le gusta es "hablar con ellos y tratarles bien".
Las prácticas de este curso se realizan en el Beam Global Café, un local de diseño creado exclusivamente para este curso que se ha convertido en el punto de encuentro del personal de la Fundación. En él los alumnos de hostelería atienden a sus compañeros, sirviendo desde un pincho de tortilla o un sandwich, hasta un café o refresco. Uno de los próximos objetivos de la Fundación es "abrir una cafetería en el centro de Madrid, donde los chicos puedan trabajar y atender a clientes normales, como en cualquier cafetería" afirma Javier Arroyo, director de la Fundación.