La gastroenteritis aguda en los niños (desterrando falsos mitos)

Por End0rfina

La gastroenteritis aguda (GEA) es una inflamación de la mucosa gástrica e intestinal, habitualmente de causa infecciosa, que cursa con un cuadro de deposiciones líquidas en número aumentado que suele acompañarse de fiebre, vómitos y dolor abdominal.
¿Cuales son las causas de la gastroenteritis?
La causa más frecuente son las infecciones. Son producidas sobre todo por virus, (rotavirus y adenovirus son los más habituales) aunque también puedes ser causadas por bacterias (como Salmonella, Campylobacter, Yersinia, Shigella...) o parásitos (Giardia lamblia).
Hay también otras causas menos frecuentes de diarrea, como son las infecciones no digestivas (una otitis media o infecciones de orina) y causas no infecciosas: intolerancia a las proteínas de vaca o gluten, introducción de nuevos alimentos inadecuadamente, dieta hiper o hipocalóricas, enfermedades inflamatorias intestinales como la enfermedad de chron o la colitis ulcerosa, enfermedades sistémicas como el hipertiroidismo o la fibrosis quística, toma de laxantes, antibióticos... pero como os decía, son causas mucho menos habituales de diarrea en niños.
¿Qué síntomas aparecen?El síntoma principal de la gastroenteritis son las heces de menor consistencia y en mayor número. Éstas además pueden presentar sangre o moco. Otros síntomas son: la fiebre, náuseas, vómitos, y dolor abdominal tipo cólico. En general es un proceso que se resuelve solo. Suele durar 3-5 días, siendo normal hasta 2 semanas. Si bien es cierto que este cuadro puede prolongarse todavía más por la aparición de intolerancia a la lactosa o sensibilización a las proteínas de la leche de vaca.

¿Se contagia?La respuesta es sí, de forma muy sencilla. Por ejemplo a través de agua, alimentos u objetos contaminados, o a través de las manos o con las heces. Es muy fácil el contagio en guarderías, colegios y hospitales.


¿Qué complicaciones pueden aparecer?La más importante es la deshidratación. Cuando más pequeño sea el niño, más riesgo existe. Esto es debido a que tienen mayor proporción de agua, mayor superficie corporal, mayor gasto enérgetico e incapacidad para pedir agua. La forma más eficaz y precisa de valorar el grado de deshidratación de un niño, es determinando el porcentaje de pérdida de peso. En cualquier caso hay otros signos en los que nos podemos fijar para valorar si nuestro pequeño está deshidratado o no: si tiene mucosas secas, ojos hundidos, no tiene lágrimas, extremidades frías, decaimiento, taquicardia, sed, elasticidad de la piel disminuida....
¿Cómo se trata?Existen muchos mitos alrededor del tratamiento de la gastroenteritis. Así, a la vista de nuevos estudios, han ido apareciendo nuevas recomendaciones y desterrando creencias que carecen de beneficio. Así pues:

-Soluciones de rehidratación oral: constituyen el tratamiento de elección de la gastroenterititis. Se pueden comprar en farmacias, y las hay de multitud de sabores, adaptándose a los distintos gustos de los niños. Son un método seguro, rápido, económico y no agresivo. Cuando un niño vomita, es necesario darla cada 5 minutos en pequeñas cantidades (sobre 5 mL), por ejemplo con una jeringa, sin forzar, para ir aumentando progresivamente las tomas según tolerancia. Si el niño vuelve a vomitar, hay que dejar reposar el estómago media hora, para volver a intentarlo posteriormente. Los sueros de rehidración oral tienen que tener unas características adecuadas (relación glucosa/sodio inferior a 2/1) y una osmolaridad similar a la del plasma. Estas condiciones no la cumplen ni las soluciones caseras, ni el famoso aquarius que se da tantas veces a los niños con gastroenteritis. El aquarios de hecho, puede aumentar la diarrea por su elevada osmolaridad y escasez de electrolitos. Las únicas bebidas que se asemejan al contenido recomendado son Isostar limón y Nestea Limón.

Por otro lado los vómitos pueden producir hipoglucemia, que da lugar a cetosis, que estimula el vómito. El uso de soluciones azucaradas en la gastroenteritis en las que predominen los vómitos y no la diarrea puede ayudar a romper este círculo.
- Realimentación precoz, en cuanto cesen los vómitos, reiniciando una dieta adecuada para la edad, sin restricciones, tan pronto como se corrija la deshidratación. No hace falta una dieta blanda. Esta es una idea muy extendida, apoyada en creencias pasadas. Se puede tomar una dieta normal, eso sí, sin exceso de grasas o azúcares simples (golosinas, chocolate, fritos...) se trata de una dieta SIN restricciones, pero CON sentido común.- En caso de alimentación con lactancia materna, ésta se puede mantener sin problema.- En caso de alimentación con fórmula, no se aconseja su dilución ni la utilización de fórmulas especiales (sin lactosa, hidrolizados...)
- El uso de antibióticos no está indicado generalmente. Esto es así por tratarse de procesos en su mayoría autolimitados. Además estos fármacos tienen poco efecto en estos cuadros, incluso pueden ser perjudiciales porque alteran la flora intestinal y favorecen el desarrollo de resistencias.
- Los fármacos antidiarreicos han sido desestimados en el tratamiento de la gastroenteritis en pediatría. Hoy en día existe la opción del racecadotrilo (tiorfan), que disminuye la secreción de agua y electrolitos en el intestino. Puede ser considerado en el tratamiento, ya que reduce la duración de la enfermedad, así como el número de deposiciones. En cualquier caso su uso debe restringirse a casos en el que las soluciones de rehidratación oral y las medidas de soporte sean insuficientes. No se debe usar más de 7 días.
- El uso de prebióticos y probióticos es controvertido. Mientras que algunos estudios sugieren que podrían ser un complemento eficaz para la gastroenteritis, en otros concluyen que no existe diferencia alguna con respecto a no tomar nada. En cualquier caso, parece que lo más efectivos podrían ser: Lactobacillus GG, Saccharomyces boulardii y Lactobacillus reuterii. De todos modos, es un tema que discutiremos en otro post.