En nuestro afán por encontrar ejemplos al más puro estilo wikileaks sobre filtraciones de documentos relacionados con la gestión sanitaria, tropezamos con una entrada de Rafael Sánchez en su blog Más allá del microscopio que no tiene desperdicio.
Al parecer, el subdirector médico del Hospital del Río Hortega de Valladolid emitió una nota interna dirigida a los jefes de servicio del centro con el siguiente texto:"Estimado compañero:Con el objeto de cumplir con uno de los objetivos del Plan Anual de Gestión 2010, que se refiere a disminuir Lista de Espera Quirúrgica interanual, te ruego que transmitas a los facultativos de tu servicio que no hagan indicación de intervención quirúrgica en las consultas hasta final de año, proponiendo revisión del proceso u otra indicación que consideres necesaria.Gracias por tu colaboraciónUn saludo"El resultado: portada en el periódico El Norte de Castilla y cese fulminante del citado subdirector. El motivo: quedar bien a final de año en los indicadores de resultado a través de unos métodos poco éticos, al menos a priori. Además de que no es precisamente el mejor medio para gestionar un centro sanitario, hay varios elementos (que aparecen esbozados en los comentarios de la entrada citada) que merece la pena destacar:- Todo lo que escribas puede acabar saliendo a la luz.- Si te centras en los resultados, dejas de lado lo realmente importante. Si te centras en lo realmente importante, puede que dejes de lado los resultados. ¿Que elegimos? ¿Quien se fija en los resultados y en los datos acumulados? ¿La eterna lucha entre cantidad y calidad o la consecuencia de una mala gestión?Pero este tipo de picaresca para cumplir objetivos, ¿no es la típica forma de actuar asociada a los incentivos? ¿Es solo cosa de jefes o al final cualquiera acaba actuando así sin decirlo en voz alta? Es lo que ocurre con Wikileaks, pensamos que sólo actúan así los grandes gobiernos, pero si rascas un poco la superficie a tu alrededor, aparecen las sorpresas.