El edificio es de una dimensión espectacular, sólo comparable a la gran Mezquita Azul de Istambul, al menos de todas las que yo he podido visitar.
Por último, a la salida, y si tenemos la suerte de visitarla a última hora del día podemos disfrutar de un colorido de puesta de sol reflejado en sus mármoles digno de las mejores fotografías de turismo (imag05), y si encima eso va combinado con algunos de los rezos del final del día, acabamos por irnos de allí con un sabor de boca precioso.