Las semillas de la granada son muy ricas vitaminas del grupo B, C y A, y minerales como potasio, hierro, calcio, magnesio y zinc.
Pero eso no es todo ¿Sabíais que la granada tiene una capacidad antioxidante tres veces superior al vino, el te verde, la naranja o la manzana?
Pues sí. Además de ser una fruta singular por su sabor, color y textura, la granada es muy rica en antioxidantes, como las punicalaginas, unos polifenoles que ayudan a proteger las células del daño causado por el estrés oxidativo y el envejecimiento.
En algunas culturas antiguas, (como por ejemplo la egipcia) se la conocía como una “fruta medicina”, gracias a sus propiedades benéficas y su alto valor nutritivo.
Algunas de sus propiedades benéficas más destacadas son:
Ayuda a frenar los procesos de envejecimiento.
Es un excelente aliado de belleza para la piel. (ideal para prevenir la pérdida de firmeza y elasticidad).
Reduce el riesgo de enfermedades degenerativas y cardiovasculares.
Ayuda a regular los problemas de tránsito intestinal (Síndrome del intestino o colon irritable).
Se utiliza contra el estreñimiento. (Por gran poder laxante).
Refuerza el sistema inmunológico.
Está indicada en dietas de adelgazamiento. (Por su bajo contenido en calorías y su gran poder nutritivo).
La granada una fruta muy recomendada para los niños, jóvenes y personas mayores, ya que gracias a sus propiedades nutritivas, ayuda a aumentar las defensas contra los resfriados, gripe, faringitis, otitis y sinusitis.
Aprovechando que ya empiezan a estar en su mejor momento, nosotras solemos comer a menudo las semillas de las granadas tal cual, mezcladas con yogur o bien en macedonia con otras frutas; pero también las utilizamos en ensaladas de temporada, y como acompañamiento o decoración en algunos platos, ya que ésta, les aporta color, sabor y riqueza nutricional.
Besos desde mi blog!!!