La gripe: un virus del que no te puedes descuidar

Por Proconsumidorrd @ProconsumidorRD
La gripe o influenza es producida por un tipo de virus de ARN de la familia de los Orthomyxoviridae, afecta las vías respiratorias y sus síntomas principales son: dolor de garganta, debilidad, dolores musculares (mialgias), dolor estomacal, articulares (artralgias) y de cabeza (cefalea), con tos y fiebre. Es una enfermedad tan antigua como el ser humano, sus síntomas fueron descritos por primera vez por Hipócrates hace unos 2.400 años, estos síntomas son muy parecidos al resfriado común, pero no debemos confundir estas dos enfermedades. Un ejemplo reciente de su mortalidad es el brote de influenza en la ciudad de New York 2013, de la cual se han reportado más de 20,000 mil casos, este brote de gripe o influenza es del tipo H3N2, pero ha habido casos aún más severos y mortíferos como el a gripe española (virus A, subtipo H1N1), que duró desde 1918 a 1919, fue tan letal, que debido a este brote murieron en todo el planeta entre 50 y 100 millones de personas. 

¿Cómo diferenciar la gripe del resfriado común? 

La gripe se manifiesta de forma súbita y se caracteriza por la presencia de varios síntomas que no son exclusivos de ella, sino también de infecciones afines, como el resfriado común. Entre los síntomas que diferencian una dolencia de otra se hallan los siguientes: El resfriado común no siempre produce fiebre y de aparecer, ésta no suele ser muy alta (entre 37,5ºC ó 38ºC) a lo largo de un par de días. En cambio, la gripe se caracteriza por fiebres altas (entre 39ºC ó 40ºC) que persiste durante tres o cuatro días y va acompañada de dolores musculares, poco habituales en los casos de resfriado. El lagrimeo y la congestión nasal son síntomas más propios del resfriado, mientras que la tos seca y el dolor de garganta, pueden aparecer en ambos tipos de infecciones. El resfriado común no suele derivar en complicaciones. Por el contrario, la gripe debilita el estado inmunológico de los pacientes y abre la puerta a neumonías e infecciones agudas que, en el caso de los ancianos, pueden ser graves e, incluso, conducir a la muerte. Las personas con mayor riesgo de sufrir complicaciones son las mayores de 65 años, los enfermos crónicos, las mujeres embarazadas y los niños de corta edad. La vacunación es la mejor manera de prevenir la gripe, aunque no hay una vacuna específica que proteja de todos los tipos de esta enfermedad.No existe una vacuna para un virus mutante Aunque se contemplan tres subtipos del virus causante de la gripe o influenza: A, B y C, sólo los dos primeros infectan a los humanos y la vacuna antigripal es el método más eficaz para protegerse de ellos. El virus de la gripe se caracteriza por su gran capacidad de mutar y sus variaciones implican que cada año aparezcan nuevos virus gripales, frente a los que el ser humano no tiene protección. Por este motivo, se cambia de manera periódica la composición de las vacunas antigripales con el objetivo de que se pueda vacunar a la población contra la cepa del virus que se prevé que sea la más común en cada temporada. Para ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) instauró hace 50 años un sistema de alerta encargado de vigilar y aislar los virus de la gripe circulantes en el mundo. Regularmente las vacunas de la Gripe contendrá las siguientes cepas del virus: la cepa análoga a A/Brisbane/59/2007 (H1N1); la cepa análoga a A/Brisbane/10/2007 (H3N2); y la cepa análoga a B/Florida/4/2006. 

¿Vacunarse o no vacunarse? 

La vacuna contra la gripe común está elaborada con virus inactivados o muertos. Se inyecta, por lo general, en el brazo, y está aprobada para personas de más de seis meses de edad. Tiene una eficacia del 90% y confiere protección de entre seis y nueve meses a los vacunados. 

Se recomienda la vacuna en los siguientes casos

Niños de más de 6 meses, personas mayores de 65 años, niños y adultos con enfermedades crónicas pulmonares, cardiovasculares o metabólicas, niños y adolescentes hasta los 18 años que reciban tratamiento prolongado con ácido acetilsalicílico porque pueden desarrollar síndrome de Reye (patología grave que afecta al hígado) tras la gripe, embarazadas a partir del segundo trimestre, personal que, debido a su actividad laboral, puede contraer y propagar la gripe, adultos que conviven con niños menores de 6 meses, viajeros internacionales, 

No deben vacunarse 

Personas que hayan sufrido una fuerte reacción alérgica a la vacuna anteriormente, los alérgicos a los huevos de gallina, quienes hayan contraído el síndrome de Guillain-Barré en menos de 6 semanas después de haber recibido la vacuna antigripal, los enfermos con alguna dolencia moderada o grave y fiebre alta, de más de 38º C. Deben esperar a que desaparezcan estos síntomas. 

Como evitar su transmisión

La gripe se propaga por vía aérea, en el momento en que una persona infectada expele unas gotitas respiratorias al toser o estornudar que recalan en otra no infectada. No obstante, también se puede contagiar al tocar algo infectado con el virus y después llevarse las manos a la boca, la nariz o los ojos. 

Recomendaciones para evitar su contagio

A-Lavarse las manos con agua y jabón, después de ir al baño y antes de cada comida. B-Usar pañuelos desechables para taparse la boca y nariz al estornudar. C-Lavar bien todos los objetos del enfermo. D-Ubicar al afectado en una habitación separada de la del resto de miembros de la familia. E-Ventilar la habitación del enfermo con la ventana abierta varias veces al día.

Cómo aliviar los síntomas 

Siempre que se sospeche que una persona esta enferma de gripe es fundamental que haga reposo, duerma, beba abundante líquido y opte por una dieta sana, eliminando hábitos nocivos como el tabaquismo y el consumo de alcohol, estas son algunas recomendaciones:Ingerir líquidos: Jugos de limón o naranja, combinados con caldos de cebolla hervida, o jugo de verdura licuado elaborado con rábanos, ajos, cebolla y otros vegetales crudos. La Fiebre: Se puede combatir con fármacos antitérmicos. Sin embargo, hay que tener en cuenta que es un mecanismo de defensa del organismo y, por lo tanto, tampoco conviene abusar de estos fármacos, ya que sin ellos el proceso gripal podría resolverse antes. Los dolores musculares y de cabeza: Así como el malestar general, se pueden aliviar con analgésicos. Pero nunca se debe administrar a niños ni a adolescentes aspirina, para evitar que, una vez pasada la gripe, desarrollen un Síndrome de Reye. Para contrarrestar el virus: Se puede combatir con los fármacos antivíricos que recete el médico, ya que sirven para aliviar los síntomas, acortar el periodo de enfermedad y reducir las posibilidades de contagiar a otras personas.
Complicaciones
Neumonía vírica
Es la menos frecuente pero la más grave de todas las complicaciones neumónicas. Actualmente sólo aparece en pacientes con bronquitis crónica, enfisema, cardiópatas (generalmente con estenosis mitral), en deficiencias inmunológicas, como en la diabetes mellitus, sida, etc.
Neumonía bacteriana
Las bacterias patógenas más frecuentes son Streptococcus pneumoniae, Staphylococcus aureus y Haemophilus influenzae, que probablemente están previamente en la faringe y causan la infección por disminuir las defensas broncopulmonares durante el cuadro gripal.
La neumonía bacteriana suele comenzar cuando ya hay franca mejoría del cuadro gripal, unos 2-3 días tras el inicio de la enfermedad.Neumonía mixtaEs un cuadro clínico mezcla de los dos anteriores pues hay empeoramiento en la fase aguda y posteriormente los síntomas son los típicos de la neumonía bacteriana y, quizás, la más frecuente de las complicaciones neumónicas.La extensión suele ser menor que la habitual en la neumonía vírica y responde bien a los antibióticos, lo que induce a pensar que las bacterias son el agente patógeno predominante.Síndrome de ReyeEn este síndrome hay encefalopatía y degeneración grasa del hígado. Aparece ocasionalmente en la infección por el virus B de la gripe y menos en la infección por el A.29 También aparece a veces con el virus varicela zoster (VVZ).Al parecer está relacionado con la administración de aspirina en niños y adolescentes prepuberales (hasta 16-18 años) para el tratamiento de algunas viriasis.Hay náuseas y vómitos durante uno o dos días, seguidos de trastornos mentales, desde letargia a coma, con hepatomegalia (aumento del tamaño del hígado) y elevación de los niveles en el suero sanguíneo de las enzimas aspartato aminotransferasa (GOT), alanina aminotransferasa (GPT) y LDH en sangre, pero permaneciendo la bilirrubina normal y sin presentar ictericia.La mortalidad, que antes era del 40%, actualmente ha descendido al 10%. En las autopsias de pacientes fallecidos del síndrome de Reye no se suele encontrar el virus ni en cerebro ni en hígado.Otras complicaciones menos frecuentesTraqueitis., exacerbación de bronquitis crónica, que con frecuencia evoluciona a descompensación e insuficiencia respiratorias,
sinusitis y otitis media, que tienen la sintomatología y requieren el tratamiento habitual, musculares, como la miositis, rabdomiólisis y como consecuencia mioglobinuria y raramente, pero que sí fueron frecuentes en la pandemia de 1918, pueden presentarse: Miocarditis y la Pericarditis.
Fuentes: Wikipedia, Consumer