La habilidad de ser inteligente

Por El Baúl De La Psique @bauldelapsique

A lo largo de mi vida –y estoy segura de que vosotros también lo habréis sufrido– he oído, en más de una ocasión, comentarios del tipo “es que este niño es muy listo” ó “es que este tiene muy pocas luces”. Lamentablemente, en más de una ocasión también, he tenido que oír este tipo de comentarios a padres, madres, profesores y otros educadores (es decir, cualquier adulto con un niño o adolescente cerca), en un tono particularmente derrotista, como si nada pudieran hacer o pudieran haber hecho.

Pero alguien inteligente, ¿nace o se hace? ¿Es la inteligencia una unidad única e indivisible? ¿La podemos cuantificar?

¿Quién es Howard Gardner?

Howard Gardner es un psicólogo americano que en el año 1983 publicó su libro Frames of Mind: The Theory of Multiple Intelligences, revolucionando así la concepción tradicional que se tenía sobre la inteligencia.

En su obra, Gardner definió la inteligencia como “la capacidad para resolver problemas o elaborar productos que puedan tener valor dentro de una cultura determinada”. Ser inteligentes consiste, pues, en ser capaces de organizar el pensamiento y coordinarlo con nuestras acciones, de manera que se adapten al medio en el que vivimos y nos reporte beneficios.

En este sentido, la teoría de Gardner rompe con ideas tradicionales tales como:

  • Inteligencia = Éxito académico. Uno de los errores que se suelen cometer es asociar los resultados académicos a ser más o menos inteligentes. Por este mismo error, en las escuelas e institutos, nos empeñamos en dedicar horas y horas a intentar que el alumnado memorice conocimientos y contenidos teóricos, en vez de facilitar que desarrollen aquellas capacidades que faciliten un aprendizaje más significativo, como puede ser la resolución de problemas, la búsqueda de información efectiva o la toma de decisiones.
  • Inteligencia = Cualidad innata. El eje principal de la teoría de Gardner es que la inteligencia es una habilidad y, por lo tanto, puede desarrollarse. Esto no quiere decir que no exista un componente genético que influye en dicho desarrollo, pero sí quiere decir que no es un aspecto determinante. Debemos hablar en términos de capacidad intelectual, ya que todos aprendemos a lo largo de toda nuestra vida y vamos entrenando y moldeando poco a poco esta destreza.
  • Inteligencia = Unidad indivisible. Siempre que hablamos de personas inteligentes, nos referimos a aquellas que saben mucho de Física, o que concursan en Saber y Ganar, o que consiguen memorizar una serie de 40 dígitos con sólo oírla una vez. ¿Y qué pasa con los deportistas de élite? ¿Y aquellas personas que tienen el famoso “don de gentes” y caen bien de manera natural? Todos ellos han desarrollado, al igual que los anteriores, capacidades que les han permitido un buen ajuste a la vida. ¿Son o no son inteligentes?

La Teoría de las Inteligencias Múltiples

Inteligencias múltiples

Según Gardner, no existe una única inteligencia, sino una red de inteligencias diversas, interconectadas entre sí aunque independientes. Cada persona, a lo largo de su vida, desarrolla unas u otras, en función de la importancia y el modelaje que se dé a las distintas inteligencias en la cultura o en la sociedad a la que pertenezca. De esta manera, existen ocho tipos de inteligencia:

  • Inteligencia lógico-matemática: Es la capacidad de razonar, analizar y resolver problemas de forma lógica y efectiva.
  • Inteligencia lingüístico-verbal: Es la capacidad para usar el lenguaje, tanto de forma oral como escrita; esto es, es la capacidad para comunicarse de manera efectiva.
  • Inteligencia visuo-espacial: Es la capacidad para pensar en tres dimensiones, para la orientación espacial y la organización esquemática.
  • Inteligencia musical: Es la capacidad de percibir, discriminar, transformar y expresar la música.
  • Inteligencia corporal-cinestésica: Es la capacidad para coordinar los movimientos corporales y realizar acciones muy precisas, que expresen ideas y sentimientos.
  • Inteligencia naturalista-ecológica: Es la capacidad para distinguir, organizar, utilizar y relacionarse con el medio ambiente y la naturaleza.
  • Inteligencia intrapersonal: Es la capacidad para construir y elaborar una percepción adecuada sobre uno mismo y reflexionar sobre ella, de manera que nuestro comportamiento y nuestra vida sean coherentes con dicha percepción. Esta capacidad incluye la autoestima, el autoconcepto y la autocomprensión, entre otros.
  • Inteligencia interpersonal: Es la capacidad de comprender a los demás y relacionarnos con ellos de manera eficaz. Este tipo de inteligencia, junto con la anterior, componen lo que se conoce como inteligencia emocional.

Aprender a ser inteligentes

A modo de conclusión y resumen de todo lo anterior, como podéis ver, no existe un sólo tipo de inteligencia ni tampoco podemos hablar de ésta como algo estático que tenemos o no tenemos. Es fundamental que conozcamos nuestras potencialidades y seamos capaces de desarrollarlas, de aprender a lo largo de toda nuestra vida y, sobre todo, no debemos tirar la toalla; no hay niños tontos y niños listos, sino personas cuya habilidad para aprender está aún sin fomentar.

“Yo creo que se podría aprender sin odiar lo que estudiamos.” © Frato.

Julia T.