Es una parafilia en la
que se siente atracción por
mantener relaciones sexuales con personas peligrosas, aunque no tiene
por qué llegar a ser un crimen de esta índole. Las personas que se excitan
sexualmente o logran el orgasmo mediante este patrón de comportamiento sexual se
ven atraídos por personas que engañan, que son infieles, mentirosos, violadores
o asesinos. Esta fuerte afinidad
por los actos más o menos atroces de estas personas, les lleva a
admirarlas, a escribirles y a unirse sentimentalmente con ellas, a veces, para
toda la vida. Los motivos o razones de este fenómeno son desconocidos pero la
psicología lo deriva como un
extremo del fanatismo.