La hipocondría

Por Monicago
Así que el factor psíquico es muy importante: la persona está convencida de que padece esa enfermedad. Presa del temor, no se lo confiesa a nadie. Muchas veces consulta con el médico, si es necesario acude al especialista. Se hacen numerosas pruebas y se descubre que la persona está sana. En primer lugar, experimenta un alivio. Pero luego desconfía del diagnóstico, y acude a otro profesional. A veces, simplemente, tiene otros síntomas, y cambia la enfermedad anterior por otra. Y si el profesional desea tranquilizar al paciente, le explica que es un hipocondríaco e intenta recetarle algún fármaco de tipo psiquiátrico, para que se tranquilice o disminuya su ansiedad, el paciente suele reaccionar airado: ¿qué me está diciendo? ¿Que estoy loco? ¡Lo que sucede que usted es un incompetente! Y se va a otra consulta.Este trastorno suele aparecer al comienzo de la vida adulta. Cualquier noticia relacionada con la salud (un familiar que enferma, una epidemia en algún país, un programa de televisión), es motivo suficiente de preocupación. La salud se vuelve el centro de la vida de estas personas, con el consiguiente deterioro de su vida laboral, ya que necesita acudir al médico frecuentemente, familiar, porque exige una atención constante, y de relación. Porque, hay que reconocerlo, es muy fastidioso.Al mismo tiempo es peligroso para la salud de esta persona: son dados a la automedicación, muchas veces se intoxican, en otros casos cuando es necesario medicarles, las cosas no les hacen los efectos esperados. En otros casos, descuidan los síntomas de algo verdadero, y retrasan el diagnóstico.Por eso es difícil tratarles. Porque lo que más les cuesta reconocer es, paradójicamente, que están enfermos. Pero como es un trastorno que afecta negativamente a la vida del sujeto, y que tiende a hacerse crónico, es muy importante que, con la ayuda de sus familiares o amigos, se pongan en manos de los especialistas, para recibir el tratamiento que resulte apropiado.