El embarazo es una de las etapas más bonitas que vive una mujer a lo largo de su vida y en la que suele estar resplandeciente e irradiar felicidad. Sin embargo, en ocasiones pueden aparecer afecciones habituales o propias de la gestación que provoquen que la mujer se sienta incómoda. Pesadez en las piernas, náuseas, crisis hemorroidales, fatiga, trastornos del sueño, calambres… Éstas y otras molestias típicas del embarazo se pueden aliviar, bajo supervisión del especialista, gracias a los medicamentos homeopáticos, ya que presentan un buen perfil de eficacia y seguridad, fundamental en esta etapa.
Además, los medicamentos homeopáticos pueden ser un excelente aliado del especialista durante la preparación al parto, ya que pueden ayudar a evitar la rigidez del cuello uterino y a facilitar su dilatación. Además, ayudan a aliviar los dolores de las contracciones así como el nerviosismo propio del momento del alumbramiento. En el postparto inmediato los medicamentos homeopáticos contribuyen a atenuar los dolores y la fatiga, y a facilitar la recuperación.
Durante la lactancia la homeopatía puede ser de utilidad cuando la subida de leche es insuficiente, y en caso de grietas y fisuras del pezón, así como para frenar la secreción mamaria cuando se ha decidido interrumpir la lactancia.
Para abordar las propiedades de la homeopatía y sus ventajas durante el embarazo, parto y postparto, podemos ofrecerte entrevistas con un ginecólogo.