El escritor David Wallace Foster empezó una charla con esta historia: "Están dos peces nadando uno junto al otro cuando se topan con un pez más viejo nadando en sentido contrario, quien los saluda y dice, "Buen día muchachos ¿Cómo está el agua?" Los dos peces siguen nadando hasta que después de un tiempo uno se dirige hacia el otro y pregunta "¿Qué demonios es el agua?"
Este relato se lo escuché a Javier Aznar en su magnífico podcast. Algo parecido a lo que les ocurre a los peces jóvenes nos ocurre con la presencia de Roma en nuestro día a día. Estamos rodeados de influencias romanas más de lo que creemos. Los romanos nos han dejado no solo nuestra lengua, sino también las bases de nuestro derecho, el arte, la arquitectura, el alcantarillado, la ingeniería, el vino, incluso nuestro sentido del humor. Los días de la semana derivan de los nombres de dioses romanos. Incluso la palabra SPA tiene su origen de "Salus per aquam", es decir, curarse por el agua.
Una de las preguntas que nos hacen con frecuencia a los dermatólogos es cómo cuidar la piel y qué cosméticos usar. Probablemente nos creemos muy innovadores con nuestras recomendaciones. Pero el otro día leyendo un libro sobre la influencia de los romanos en la actualidad, el brillante historiador Emilio del Río recordaba que muchos cuidados que realizamos actualmente para mantener nuestra piel e incluso nuestra moderna percepción de belleza tienen un origen en la antigua Roma.
Ovidio, poeta romano que escribió el libro "El arte de amar", explora la forma de cortejar, enamorar y mantener una relación amorosa. Ovidio nos advierte de no dejarse engañar por la distorsión del alcohol: "No creas demasiado en la luz engañosa de las lámparas; la noche y el vino extravían el juicio sobre la belleza"
Ovidio introduce en un aspecto fundamental de la visión romana respecto a la belleza: intentar ser bello no es una mera cuestión de agradar a los demás, sino un reflejo del cuidado de uno mismo y un medio para alcanzar el bienestar personal. Esta perspectiva, sumamente moderna, resalta la importancia de cuidarse no para los demás sino para gustarse a uno mismo, fundamento que sigue muy vigente en la actualidad.
La Cosmética en Roma: Entre la Estética y el BienestarLa cosmética en la Roma antigua no se limitaba a la simple aplicación de maquillaje para embellecerse; era una práctica extensa que abarcaba cuidados de la piel, tratamientos capilares y perfumería. Los romanos desarrollaron un arsenal de productos cosméticos, aprovechando los recursos naturales disponibles y las influencias de otras culturas con las que comerciaban o conquistaban. Por cierto, la palabra "cosmética" viene del vocablo griego "kosmetikós", que significa "ordenar" los elementos de la cara. Un bonito origen.
Los ingredientes utilizados por los romanos en sus productos cosméticos eran variados y a menudo sorprendentes. La harina de habas y los caracoles secos al sol reflejan una aproximación a la cosmética que buscaba soluciones en la naturaleza para problemas estéticos como las arrugas y manchas. Actualmente una moderna crema utiliza la "baba de caracol" como ingrediente para mejorar la calidad de la piel. Por ello, este enfoque no es ajeno a las tendencias actuales en cosmética, donde hay un renovado interés por los ingredientes naturales y orgánicos.
La utilización de carmín para los labios, obtenido de insectos y minerales, demuestra una sofisticación en la elaboración de pigmentos que sería la envidia de muchas marcas modernas. Las cajas de maquillaje, que pueden verse en el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles, sugieren una organización y un ritual en torno al maquillaje similar al que muchas personas siguen hoy en día. Chat GPT4 ha creado una imagen de una romana maquillándose que mostramos en este artículo.
Una curiosidad: Ovidio también decía que "el amante no debe ver los frascos desparramados sobre el tocador; el artificio embellece siempre que se mantenga en secreto."
La Belleza Interior Según OvidioOvidio enfatiza en su libro "El arte de amar" que el verdadero atractivo de la mujer reside en la combinación de belleza física e inteligencia, un mensaje que encaja con el concepto contemporáneo de "belleza interior". Esta idea sugiere que la belleza es multifacética y no puede reducirse solo a la apariencia física. Ovidio decía que "un rostro resulta atractivo si va acompañado de inteligencia." En la actualidad, esta visión se refleja en el enfoque holístico hacia el bienestar y la belleza, que considera fundamental el equilibrio mental, emocional y físico.
Prácticas y TratamientosLas prácticas cosméticas y de cuidado de la piel en la Roma antigua eran complejas y variadas. Los baños públicos, por ejemplo, eran centros para el cuidado del cuerpo y el espíritu, ofreciendo no solo limpieza, sino también espacios sociales y de relajación. Los tratamientos incluían exfoliaciones, masajes y la aplicación de diversos ungüentos y aceites, evidenciando un conocimiento profundo sobre los beneficios de estas sustancias para la piel.
ConclusiónLa cosmética y el concepto de belleza en la Roma antigua han dejado un legado duradero, influenciando las prácticas modernas en múltiples aspectos. La utilización de ingredientes naturales y el enfoque holístico son tendencias actuales que encuentran sus raíces en estas prácticas antiguas. La idea de que el cuidado personal es tanto una cuestión de bienestar físico como emocional y espiritual continúa inspirando a la industria de la belleza y el cuidado de la piel.
La historia de los peces con la que abro el artículo nos invita a prestar atención y apreciar las aguas en las que nadamos, reconociendo y valorando el rico legado del pasado que conforma nuestro presente. Afortunadamente, somos romanos...