El ruido de fondo aturde los sentidos, genera enfermedad, enreda las emociones y dificulta el pensamiento. No solemos tener una buena higiene de silencio, no estamos acostumbrados a lavarnos las manos de ruido ni velar para que nuestros entornos sean silenciosos y tranquilos.
Merece la pena evaluar qué nivel de ruido padecemos y en qué modo cuidamos nuestros silencios.
¿Sueles poner la radio o la televisión nada más llegar a casa?
¿Cuando haces deporte o sales a correr necesitas usar auriculares con música?
¿Cuántas horas al día pasas con ruido alrededor?
¿Cuándo te diste el último paseo en silencio o en conversación tranquila?
¿Cuándo pasaste la última mañana/tarde sin necesitar tener la televisión/ordenador/radio/tableta/móvil... encendido?