Un pequeño porcentaje de los pacientes consume la mayoría de los recursos sanitarios. Esta regla se aplica a todo el sistema sanitario. A nivel micro, meso y macro, tanto a los grandes hospitales como a las pequeñas consultas de un centro de salud.
¿Existen formas de reequilibrar? ¿Es posible dedicar recursos sanitarios a quien más lo necesita y no a quien más lo demanda? ¿Esto se incentiva de alguna manera?
La respuesta a las dos primeras preguntas es positiva, la tercera negativa. Es posible desarrollar políticas, métodos de gestión y actividades en consulta y comunitarias para tratar de potenciar la equidad. Lamentablemente no es una prioridad en la agenda de gestores ni políticos. ¿Debería serlo? Pensamos que sí. La ">equidad sanitaria no debería ser tan solo un eslogan electoral, si no la base del propio sistema sanitario. Cuidar bien al que lo necesita mejora nuestra sociedad globalmente y garantiza que se haga así con nosotros cuando nos toque.
En una consulta de cualquier pueblo o ciudad suele ser más sencillo atender a un joven bien parecido, educado y con buena formación que a una persona muy obesa, desaseada o de conducta tosca. No hay una cultura que facilite a los profesionales sanitarios tomar conciencia de esta realidad. Compartimos un encuentro en el que se reflexiona sobre este tema y se avanzan propuestas prácticas.