Por ejemplo, una casa sin una apropiada entrada de luz natural al mobiliario acabaría por convertirlo en un lugar frío y desangelado, transmitiendo la sensación de estar fuera de todo contacto con el mundo exterior y oscureciendo de algún modo nuestro estado de ánimo. Por eso, siempre es bueno dar prioridad al uso de ventanas y aberturas que permitan el paso de la luz. Dicha luz, además de ser positiva a nivel físico dadas sus conocidas propiedades, nos ayuda a mantenernos en un buen estado psicológico durante el día, animándonos a hacer cosas y llegando incluso a prevenir la depresión (echa un vistazo al artículo luz y depresión)
Es recomendable no abusar de la luz artificial, pues con el paso del tiempo termina por producirnos sensación de falta de energía y embotamiento, además de cansarnos la vista. Por ello, si vamos a realizar alguna actividad en casa, es preferible que aprovechemos al máximo las horas diarias de luz, optando por aquellas salas que mejor iluminadas estén.
El otro elemento central es el clima. Un exceso de temperatura en nuestro hogar puede hacer que nos mostremos irritables y ansiosos, sufriendo además problemas de concentración. Por eso, si solemos estudiar en casa, leer o simplemente descansar, será adecuado mantener un buen clima a fin de estar más cómodos y conseguir un mayor rendimiento. Para lograrlo, trata de mantener tu casa siempre lo más ventilada posible, de forma que el ambiente no acabe por caldearse.
Siguiendo estos pequeños consejos lograrás hacer de tu hogar un lugar más agradable y sano, ¡y tú serás el gran beneficiado!