El control de la inclinación pelvica, en los movimientos de anteversión y retroversión, es muy importante, así como un equilibrio entre la musculatura tónica, es decir, lumbares y flexores de cadera, y la musculatura fasica, que son los abdominales y los glúteos, para el mantenimiento y la salud de nuestra columna.
La cintura pelvica, formada por los dos huesos ilíacos, el sacro y la fusión de cinco vértebras sacras, está íntimamente relacionada con el equilibrio de nuestra columna vertebral. Y es que, siendo la pelvis la encargada de unir el miembro inferior y el tronco, constituyendo un sostén del abdomen, tiene entre sus funciones principales estabilizar el centro de gravedad, favorecer las posiciones estáticas y transmitir los impulsos.
El control de la inclinación pelvica, en los movimientos de anteversión y retroversión, es muy importante, así como un equilibrio entre la musculatura tónica, es decir, lumbares y flexores de cadera, y la musculatura fasica, que son los abdominales y los glúteos, para el mantenimiento y la salud de nuestra columna.
El control de la inclinación pelvica, en los movimientos de anteversión y retroversión, es muy importante, así como un equilibrio entre la musculatura tónica, es decir, lumbares y flexores de cadera, y la musculatura fasica, que son los abdominales y los glúteos, para el mantenimiento y la salud de nuestra columna.