lo retrospectivo de este asunto, hoy tiene sentido para poder poner en orden algunas ideas de estos ejercicios y sus variables.Esta aplicación, me incita a buscar soluciones, a adaptar y desarrollar más patrones siguiendo esta línea de inspiración masculina para la silueta de la mujer, chaquetas, chalecos, el esmoquin y sus complementos, fajines, gemelos, etc…
Otra corriente importante era la tendencia a exagerar las hombreras de las chaquetas que, por darle una interpretación, diría que fue de una influencia muy masculina en la moda, ya que por aquel entonces Giorgio Armani había desestructurado las chaquetas masculinas para ellas. Coincidiendo con otra especie de revolución, donde la mujer se incorpora de forma más pujante en el mundo laborar, ya no es sólo ama de casa y esos hombros en las chaquetas decían mucho...Chicas de medio mundo sucumbieron ante la tentación de sentirse “más importantes”, “más integradas,” por así decirlo, con una indumentaria que luego se fue adaptando a las proporciones de los diseñadores punteros de entonces, quienes la convirtieron en “La tendencia a seguir” durante varios años en la década. Al agotarse ese recurso estético y evolucionar hasta convertirse en otra cosa a principios de los noventa, con el minimalismo asfixiante que invadió el Prêt-à-porter.
Yo no recibí estudios relacionados hasta el año ochenta y cuatro, cuando recibi la beca, pero desde mi adolescencia ya diseñaba modelos y mis amigas se los hacían confeccionados por sus modistas. Supervisaba las pruebas en calidad de amigo, ya que no sabía, ni me gustaba coser, hasta tiempo después que comprendí que una cosa no va sin la otra. Recuerdo que me centraba mucho en las palabras que leí de Balenciaga, en la única entrevista que concedió en toda su vida, dijo que él pensaba que un verdadero couturier debía ser un poco arquitecto, pintor, músico, escultor y poeta...si mal no recuerdo. Considerado hoy en día como el más grande por siempre jamás.