La Importancia del Agua para Vivir

Por Hogarismo

Los humanos somos seres naturales. Se nos olvida a menudo, sobre todo en este lado del mundo, porque nos enseñaron que tener Raciocinio nos hace superiores, y así lo creemos. Y desde esa creencia indiscutida, aunque no incuestionable, tratamos todo lo que nos rodea, incluidos nosotros mismos. El humano de ciudad está especialmente inmerso en ese extrañamiento de su propia naturaleza, y por eso sentimos que llega el fin de los tiempos, de nuestros propios tiempos: huimos del presente y nos precipitamos en una distopía árida. Volver a los elementos básicos que nos componen: Agua, Aire, Tierra, Fuego, nos devuelve la identidad y comprendemos mejor.

Fuente: d3designs en Morguefile

Hablemos del Agua. Somos agua en dos terceras partes de nuestro organismo, y es el primer elemento que habitamos antes de nacer al resto. Uno tiene que darse cuenta de cómo se relaciona con el agua, y no nos referimos a beber la necesaria…

En los cascos urbanos el agua llega por grandes estructuras ramificadas desde la potabilizadora al grifo de casa. Es apta para consumo, tratada y desinfectada, aunque no siempre libre de otras sustancias peligrosas, como hormonas y pesticidas. Nos parece natural que haya agua en nuestra casa, abrir el grifo y dejarla correr porque es barata; sabemos que se lleva nuestra suciedad, nuestros desperdicios, a ese otro mundo lejano y ajeno que es el mar. El mar, también dos tercios del planeta, un organismo vivo dentro de otro. El agua es la Vida: la mente lo argumenta y el cuerpo la necesita, pero no somos realmente conscientes de lo que significa. Abundancia. Plenitud. Salud. Energía. Origen. Ciclos.

Vivir en el campo y recoger agua en un aljibe enterrado, agua de la misma que riega las tierras de alrededor, de por sí obliga a un cambio de mentalidad. Cuando llegas de la ciudad acostumbrado a pagar una factura en dinero al ayuntamiento y no preocuparte de nada más, el hecho de tener precisamente que preocuparte de que no falte agua es un giro sorprendente. Quien lea esto puede pensar: qué pérdida de tiempo, por qué ocuparse de las cosas que ya están resueltas. Y tiene razón. Esto no es un alegato a favor de vivir como en La casa de la Pradera (aunque a todos nos fascinaba la bomba del pozo, no lo neguéis), sino una invitación a parar un segundo y valorar que todos necesitamos agua a diario, mucha, y afortunadamente está a nuestro alcance, de una manera o de otra. Sólo hay que pensar en la angustia que nos produce un corte de algunas horas programado por el ayuntamiento: ¿cuál es nuestra reacción? Hacer acopio para varios días.

Fuente: grayerbaby en Morguefile

Somos agua, respetarla es respetarnos, en exacta e igual medida. Nos reflejamos en ella. Tomar conciencia de esto sólo supone un segundo, un click que se siente de un instante para otro cuando llega tu momento. Una reprogramación instantánea  y total que sustituye un parámetro vital por otro. Sencillamente, estás de otra manera. MEJOR.

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