El ajetreo diario nos priva de muchos pequeños placeres de la vida. Nos levantamos casi sin tiempo, los niños al colegio, nosotros al trabajo o tareas diarias, ¿que te voy a contar verdad? Solo nos podemos permitir una ducha rápida, un desayuno a toda prisa, un retoque meteorito delante del espejo y corriendo a la calle.
Por eso cuando me alojo fuera de casa en un hotel, bien sea por vacaciones o trabajo, me gusta tomarme mi tiempo para disfrutar de un buen desayuno y de la ducha o baño. Yo soy de esas personas que cuando llega a su destino casi antes de fijarse en la habitación mira el baño, y no debo ser la única, ya que un estudio reciente nos informa de que 4 de cada 5 clientes de un hotel opinan que el baño de manera prioritaria aporta o resta estatus y categoría.
Me apasiona disfrutar de una ducha refrescante después de la piscina o playa, dedicando tiempo a prepararme antes de salir de paseo, en el caso de estar de vacaciones. O un relajante baño con todas las comodidades que ofrece un buen hotel, después de una jornada de trabajo y reuniones. Es por ello que le doy una suma importancia a los baños y principalmente a la grifería de los hoteles.
¿A quien no le apetece sumergirse en una gran bañera con el agua que cae en cascada? Es maravilloso disfrutar del relax sin prisa, con el lujo y el tiempo que no nos podemos permitir en casa. Grifería Galindo nos reporta ese bienestar y tiene muy presente trasladar esa esencia en nuestra estancia en un Hotel.
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