Acostumbrate a los contrastes. Estás en La Iruela. Espacios amplios y rincones ocultos. En verano buscarás la sombra de la parra en la porchada y en invierno descubrirás el calor de la chimenea tras la nevada. Al frente los olivos perfectamente alineados (si, son los cerros de Ubeda).
A tu espalda el principio de la sierra. De ti depende el acceso, sendereando por la fuente La Raja o hacia el "control" de Rio Gazas, antigua casa forestal hoy convertida en hotel-restaurante. Claro que quizás solo quieras dar un paseo y llegar a los merenderos cogiendo fuerzas para subir a la ermita de la Virgen de la Cabeza.
Y todo bajo la presencia del risco donde se yergue el castillo.