La #LCSP vista desde fuera

Por Bsajjq

autor | Javier Poveda

Artículo publicado en expansión “La LSP vista desde fuera”

El Anteproyecto de Ley de Servicios Profesionales no está pasando desapercibido.

La aparición del dichoso documento ha desatado una serie de polémicas, opiniones de todo tipo, enfados y argumentos de toda procedencia en los últimos meses.

Me gustaría señalar que Arquitectura (con mayúsculas) es una cosa, y los marcos competenciales, sean los que sean, son otra distinta. Cualquiera puede publicar un libro, pero no todos hacen Literatura.

La otra idea que me asalta con respecto a algunas posturas un tanto extremas es: si tanto te gusta la arquitectura, ¿por qué estudiaste ingeniería?

Pero no quiero entrar en más polémicas.

En primer lugar he de decir, que me parece que tiene bastante sentido lo que plantea José Javier Quintana en suartículo sobre la LSP, y personalmente no entiendo muy bien la conveniencia u oportunidad de lanzar ésta reforma ahora mismo. Pero en el fondo da igual.

En un futuro cercano, se nos puede plantear la siguiente hipótesis: El borrador acaba convirtiéndose en Ley y nos tocaría asumirla. ¿Qué puede pasar entonces?

> Beijing Capital Airport según BIAD. Beijing Institute of Architectural Design

Hay opiniones de toda suerte y color, pero muchas de ellas parten de una base que creo que no es sólida: el ejercicio profesional seguirá siendo como hasta ahora. No lo creo.

Una duda que me asalta es si el modelo generalizado de profesional liberal subsistirá en ausencia de la protección legal.

Sabemos perfectamente que algunos de los encargos que nos llegan, no son por el valor que generamos, si no, porque la ley obliga al cliente a presentar un proyecto o un certificado visado. Si por el cliente fuera, no nos llamaría: a sus ojos somos una especie de “impuesto” por el que le toca pasar. Cuanto más barato le salga, mejor, y le da igual si el certificado lo firma un arquitecto o el señor de la esquina.

Compartiendo las competencias, tendrá más oferta para hacer su subasta de precios. Si abriéramos las competencias a todos los arquitectos del mundo, nos pasaría lo mismo. Entonces no es un tema de que sean ingenieros o no, sino de oferta-demanda y del tipo de demanda.

“Los ingenieros nos harán la competencia.”

El elemento clave de todo esto será la demanda. Una vez compartidas las competencias, ¿por qué un cliente que quiere hacer un edificio, habría de acudir a una empresa de arquitectura o a una de ingeniería?

> Beijing Capital Airport según Foster + Partners.(Innovative architecture and integrated design practices)

Seamos conscientes que cuando las empresas de arquitectura salen a mercados exteriores, sus arquitectos están fuera del marco competencial. Somos “consultants” o “designers” o como lo quieran llamar, pero el cliente nos contrata porque sabe que el proyecto será mejor si lo hace con nosotros. Aportamos valor, y nos importa menos el marco competencial.

Si el valor añadido de nuestra firma es la especialización en diseño porque somos un estudio de perfil Strong Ideas, ninguno de nuestros clientes potenciales se irá a una ingeniería porque lo que buscan es otra cosa.

Cómo en cierto modo apuntaba Florentino Regalado en su artículo “Arquitectura e Ingeniería: al César lo que es del César”, los ingenieros y los arquitectos trabajan de la mano en proyectos de edificación, y una vez superados ciertos niveles de complejidad, la asociación de ambas disciplinas es indisoluble. Siempre lo ha sido.

Un ejemplo claro es que la firma SOM (como muchas otras), contrata a arquitectos e ingenieros, y para una plaza de Senior Architect nunca contratan a un Mecanichal Engineer, ni al revés. Y da igual el marco competencial porque se les contrata por valor y conocimiento, y no por legislación.

En un marco de complejidad como éste lo más probable es que tendamos a un proceso de concentración del sector donde por una parte arquitectos e ingenieros formarán parte de la misma firma; por otra, habrá nichos muy específicos para auténticos especialistas ya sea por diseño (firmas Strong Ideas), por especialidad (firmas Strong Experience) por técnica (consulting de apoyo); y por último algunos agentes muy locales. Ésto pasa también en otros sectores de servicios como la abogacía o auditoría.

Si no aceptamos ésta suposición y nos obstinamos en esa especie de modelo notarial donde el cliente pasa obligado a regañadientes, evidentemente vamos a tener competencia. Y sin nada más que ofrecer, el que por precio te coge, por precio de deja.

> Beijing Capital Airport según ARUP. (Global firm of consulting engineers)

Los Colegios Profesionales son los que van a tener problemas siempre que sigan dependiendo del visado. El volumen de negocio del visado por trabajos en edificación previsiblemente se distribuiría entre los distintos Colegios de Arquitectos e Ingenieros, y si ya de por sí tienen problemas económicos, se agravarían todavía más.

Una posibilidad es que la tendencia llevara a la desaparición de las demarcaciones territoriales y Colegios Autonómicos en aras de un único registro. La demanda sobredimensionada en único registro desemboca en sucesivos filtros (exámenes y experiencia) y acabaríamos en unas estructuras como RIBA o AIA, donde los arquitectos nos inscribiríamos por servicio y como muestra de calidad ya que la firma como tal nos daría igual. Es sólo una suposición de qué podría pasar.

Todavía queda mucho por ver: cómo evoluciona la actual LOE, cómo responden los seguros de responsabilidad civil, etc… Veremos qué ocurre.

Acabe siendo Ley o no, lo que si creo que hay que distinguir bien es entre las disciplinas (Arquitectura o Ingeniería, siempre con mayúsculas), el ejercicio profesional de arquitectos e ingenieros (sean liberales o no) ycolegios profesionales. Porque son cosas distintas, que atienden a variables distintas y éste polémico borrador de LSP les repercute de manera muy distinta.

Las leyes, reglamentos y ordenanzas cambian. Habitualmente impulsadas por desconocedores de la materia, pero afortunadamente, el conocimiento permanece.