Entonces en todo el relato lo tenemos al odontólogo fantaseando con arrancarle literalmente la lengua a ese tipo tan despreciable, aduciendo que solo la usa para mentir y por culpa de ella ahora él se encuentra como se encuentra.El final me parece muy bueno. Supongo que tiene muchas interpretaciones.Me encanta como Horacio Quiroga trató la rabia y la bronca que sentía este odontólogo, sentimiento que yo compartía con él, ya que me caía mal el hombre de las mentiras.
Es un relato sumamente cortito pero muy recomendable.