Es
una enfermedad descubierta en el año 2002, que se caracteriza por un retraso
motor, que deriva posteriormente en una marcha diparética o tetraparética, con
espasticidad y síntomas extrapiramidales, que aboca evolutivamente a una
pérdida temprana de la marcha. Los hallazgos en la resonancia magnética
cerebral son distintivos y conforman un patrón fácilmente reconocible,
incluyendo hipomielinización o ausencia de mielinización de la sustancia
blanca, atrofia del vermis, hipoplasia del caudado y ausencia o hipoplasia del
putamen. La combinación de síntomas extrapiramidales y la hipomielinización de
la sustancia blanca son patognomónica de esta entidad. La atrofia del vermis y
de los ganglios de la base puede ocurrir de forma precoz o posteriormente, con
la evolución de la enfermedad. Otros síntomas frecuentes, son el nistagmo, la
disartria y las dificultades del aprendizaje. Con menor frecuencia pueden
presentarse trastornos visuales, auditivos y epilepsia. Las alteraciones
cerebelosas causan la ataxia, la hipomielinización de los tractos piramidales
ocasiona espasticidad y las alteraciones visuales, la hipoplasia del caudado y
el putamen es responsable de los signos extrapiramidales, y el trastorno del
habla obedece a una afectación extrapiramidal o cerebelosa. Genéticamente hay
alteración del gen TUBB4A, que afecta a la síntesis de tubulina β-IV, proteína
constitutiva de los microtúbulos de las neuronas y las células de la glía,
principalmente oligodendrocitos. La acumulación de microtúbulos en estas
células daría lugar a la hipomielinización cerebral. La mayor expresión de este
gen en el cerebelo, el putamen y la sustancia blanca explicaca la afectación
preferente en estas áreas, frente a la indemnidad en la región talámica, el
globo pálido y los nervios periféricos. La sustancia gris cerebral puede verse
reducida a largo plazo por atrofia secundaria. No existe tratamiento específico
para la leucodistrofia hipomielinizante de tipo 6. La evolución es progresiva
hacia la dependencia total y el fallecimiento en la infancia o la juventud. La
levodopa se ha utilizado con resultados variables como tratamiento sintomático
para las manifestaciones extrapiramidales.