La prohibición de fumar en espacios cerrados que entró en vigor en 2006 en Escocia ha reducido cada año los ataques de asma grave en niños en un 18 por ciento, según los resultados de un estudio de la Universidad de Glasgow que publica en su último número el “New England Journal of Medicine”.
Antes de que entrase en vigor la ley antitabaco escocesa, en marzo de 2006, el número de ingresos hospitalarios por asma estaba aumentando un 5 por ciento anual entre los menores de 15 años, aunque los resultados de este estudio han demostrado un beneficio tanto en niños en edad escolar como en los más pequeños.
Todo ello pese a que los expertos preveían que la limitación del tabaco, que también prohibía su consumo en los centros de trabajo, podía llevar a los fumadores a fumar más en casa elevando con ello el riesgo de los niños.
"La evidencia que tenemos de Escocia es que tuvo el efecto opuesto. Las personas generalmente aceptan más la necesidad de proteger a los no fumadores y a los grupos vulnerables como los niños", indicó la doctora Jill Pell, autora de la investigación.
El equipo de Pell basó sus conclusiones en datos nacionales sobre hospitalizaciones infantiles por asma y muertes relacionadas con esa enfermedad entre enero del 2000 y octubre del 2009. Sólo cinco chicos murieron por asma durante ese intervalo.
Además, investigaciones previas ya habían mostrado que la prohibición de fumar en lugares públicos en Escocia también disminuyó los problemas respiratorios entre los trabajadores de bares, incluso entre los que continuaban fumando.
En Estados Unidos, se cree que el tabaquismo paterno puede ser responsable cada año de más de 200.000 ataques de asma infantil, según los autores del estudio, pese a que más de la mitad de los estados prohíben fumar en la mayoría de lugares públicos cerrados y dos tercios prohíben el tabaquismo en el lugar de trabajo.