Este año conmemoramos dos aniversarios muy importantes, dos hitos que marcaron diferentes épocas: en 2019 se cumplen 500 años del inicio del viaje que culminaría en la primera circunnavegación del globo y 50 de la llegada del hombre a la Luna. Quizá los terraplanistas se hayan tomado la molestia de intentar desmontar el logro de Magallanes y Elcano, pero nunca lo habrán hecho con tanto ahínco como los que creen que el hombre nunca pisó la Luna y que todo fue un montaje.
Desde hace muchos siglos hemos soñado con conquistar nuestro satélite natural (e incluso encontrarnos con los selenitas), así lo refleja la literatura y el cine. Novelas sobre esto hay muchas, valgan como ejemplo los Relatos Verídicosque Luciano de Samosata escribió en el siglo II; The man in the Moon de Francis Godwin (1638) donde el intrépido astronauta era un español llamado Domingo González; Viaje a la Luna de Cyrano de Bergerac (1657) o Un viaje a la luna y otros cuentos de Edgar Allan Poe (1835). Pero la novela más famosa de todas y la más acertada es, sin duda, De la Tierra a la Luna de Julio Verne (1865).
La Luna.
De Luc Viatour.
El tema dejó la literatura o el celuloide y tomó cariz de asunto de estado cuando Estados Unidos y la Unión Soviética comenzaron con la Carrera Espacial en la década de 1950. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial las dos potencias habían reclutado a los mejores ingenieros y los pusieron a trabajar para sus prototipos militares, de hecho, uno de los fichajes más importantes del programa espacial de la NASA fue Wernher von Braun creador de las bombas voladoras alemanas V1 y V2 que cayeron sobre Londres durante la contienda.En el marco de la Guerra Fría, ambos países querían exhibir su poder armamentístico, económico y tecnológico conquistando el espacio. En 1957 los soviéticos pusieron en órbita el primer satélite artificial, el Sputnik 1, y después enviaron a la pobre perrita Laika. Es la misma época en la que las Naciones Unidas ven la necesidad de legislar sobre la Luna y otros cuerpos celestes, no para decir que el espacio no es de nuestra propiedad, sino para dejar claro que ningún país puede explotarlo para fines propios.En 1958 la NASA lanzó el Vanguard 1, alimentado por energía solar, y, aunque los rusos menospreciaron el logro americano, lo cierto es que el Vanguard 1 sigue en órbita a día de hoy.La competición continuaba entre los dos países. Estados Unidos envió al espacio al chimpacé Ham en enero de 1961, logrando traerlo de vuelta sano y salvo. Pero la URSS fue más atrevida y en abril del mismo año envió a Yuri Gagarin, que se convirtió en el primer hombre que viajaba al espacio. Dos años después Valentina Tereshkova se convirtió en la primera mujer que lograba talhazaña.
Valentina Tereshkova fue la primera mujer en el espacio.
Aquí condecorando a Neil Armstrong en junio de 1970.
De RIA Novosti archive.
El presidente Kennedy ya había pronunciado su famoso discurso de septiembre de 1962 donde afirmó que los americanos pondrían un hombre en la Luna antes del final de la década.La realidad es que ninguno de los astronautas había salido de su nave, así que en 1965 Alexei Arkhipovich Leonov se dio un paseo espacial de 12 minutos antes de regresar a bordo de la Voskhod 2. Los rusos llevaban la delantera. Leonov fue elegido por la Unión Soviética para ser el primer hombre que pisara la Luna, pero un fallo técnico frustró las expectativas varias semanas antes de que Armstrong lo consiguiera. Ambos astronautas tuvieron que esperar al siglo XXI para darse un apretón de manos.Estados Unidos consiguió con sus misiones Apolo que sus tripulaciones fueran las primeras en entrar en la órbita de otro cuerpo celeste, ver la cara oculta de la Luna y contemplar la Tierra desde nuestro satélite. Y ellos fueron los que lograron el hito histórico del que este mes de julio se cumplen 50 años: la llegada del hombre a la Luna.
Armstrong en la superficie de la Luna.
De NASA photo As11-40-5886.
La historia es de sobra conocida, el 20 de julio de 1969, en una emisión transmitida para todo el planeta ante la atenta mirada de millones de personas, Neil Armstrong, que había viajado con Buzz Aldrin y Michael Collins en el Apolo 11, bajaba del módulo lunar Eagle, ponía un pie sobre la Luna dejando la huella más famosa de la historia y pronunciaba aquella frase que pasaría a la posteridad:
Este es un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad.
Huella de Aldrin.
De NASA. Dominio público.
Identificador de foto: AS11-40-5877.
Aquí los hombres del planeta Tierra han puesto el pie sobre la Luna por primera vez. Julio de 1969. Hemos venido en paz en nombre de toda la humanidad.
Placa en una de las patas de la base de aterrizaje del módulo lunar
donde se lee la frase conmemorativa firmada por los astronautas
y el presidente. La placa aún continúa en la Luna desde 1969.
Imagen con el astronauta sobre la superficie lunar y el Eagle.
Más de 400.000 personas trabajaron para que la humanidad llegara a la Luna.
De NASA Neil A. Armstrong. Dominio público.
Todo lo que un hombre pueda imaginar, otros podrán hacerlo realidad. Julio Verne.
De la Tierra a la Luna.
Julio Verne.
Amerizaje en el océano Pacífico.
De NASA. Dominio Público.
La Tierra vista desde la Luna en una de las misiones Apolo.
La NASA tenía previsto llegar al Apolo 20, pero el Estado decidió reducir el enorme presupuesto que había invertido en los viajes espaciales. Ya tenían numerosas muestras de suelo lunar, los experimentos científicos estaban dando sus frutos, habían demostrado su superioridad tecnológica y militar y los alunizajes no acusaban tanta expectación en el público.
El presidente Nixon decidió mostrar su buena voluntad y su deseo de que aquello fuera un logro de toda la humanidad y, para ello, entregó 135 piedras lunares con una placa y su correspondiente banderita a 135 países. España salió bien parada de la repartición pues finalmente consiguió tres trocitos de la Luna. Uno se puede ver en el centro de visitantes de la Estación de Seguimiento de la Nasa en Robledo de Chavela (Madrid), el segundo se exhibe en el Museo Naval de Madrid y el tercero se encuentra en paradero desconocido.En la actualidad muchos países abordan de nuevo la idea de volver a la Luna tras el descubrimiento de agua en el polo sur. La mayoría son iniciativas privadas que tienen como objetivo construir la primera colonia fuera de la Tierra y conseguir que sirva como inicio a la colonización y explotación de las riquezas minerales de Marte. Ya hablamos aquí del proyecto Mars One.