La lucha contra el Sida empieza a quedarse sin dinero

Por Fat

Era previsible. Con la crisis económica, se esperaba un recorte de los fondos destinados a la lucha contra el sida. Pero no por esperado la decepción es menor. El Fondo Mundial de la Lucha contra el Sida, la Malaria y la Tuberculosis quería recaudar, durante la Conferencia de Donantes celebrada esta semana en Nueva York, 20.000 millones de dólares (unos 14.500 de euros). Finalmente ha conseguido 11.700 millones de dólares para los próximos tres años, un 20% más de lo logrado en el período anterior pero claramente insuficiente para cubrir las necesidades de los más de 33 millones de personas que viven con VIH.
El montante de dinero procede de 40 países, entre los que por el momento no se encuentra España. Mientras que Estados Unidos, Francia, Noruega, Alemania, Japón o Italia han manifestado su decisión de contribuir o no (en el caso de Italia) para combatir estas enfermedades y han hecho público cuál es su aportación, el Gobierno de España, por primera vez, no ha dicho nada durante la conferencia de donantes. Desde la ONG Tenemos Sida se muestran sorprendidos por esta actitud, pero esperan que las autoridades españolas se manifiesten en los próximos días y que mantengan los 433 millones de euros que le corresponden según su capacidad económica.
Aunque Ban Ki-Moon, el Secretario General de Naciones Unidas y Michel Kazathckine, director del Fondo Mundial, consideran que la cantidad recaudada "demuestra que los líderes están dispuestos a implicarse por mejorar la salud de los más desfavorecidos", reconocen que "el dinero es insuficiente y exige encontrar cuanto antes nuevas formas de financiación".
Para Médicos Sin Fronteras (MSF) y otras ONG, la decisión de recortar el presupuesto en este ámbito tendrá una consecuencia inmediata: costará vidas. La doctora Jennifer Cohn de MSF, que ha mostrado su tristeza por la falta de fondos, explica que "se necesita urgentemente un plan de crisis y la ayuda de otros inversores para poder mantener los programas de tratamiento y prevención".
Cada día mueren 4.500 personas a causa de la tuberculosis, cada 45 segundos la malaria mata a un niño y por cada dos enfermos de sida que acceden al tratamiento, otras cinco personas se infectan con el VIH. Cifras a las que no se podrá hacer frente con los 11.700 millones de dólares.
"El resultado de la conferencia es absolutamente clave para millones de personas en todo el mundo y esta cantidad no nos llevará a donde esperábamos estar", ha confirmado Kazatchkine a la agencia Reuters.
--Cómo aprovechar los recursos
¿Se puede cambiar la trayectoría de la epidemia de sida en la próxima décadas? ¿Cuánto dinero hace falta para expandir el tratamiento? ¿Qué países pueden hacer frente por sí solos a la enfermedad y cuáles no? Son algunas de las preguntas que tratan de responder en un artículo publicado en la revista 'The Lancet' varios especialistas en salud pública de EEUU y Reino Unido. Lo primero que aclaran es que "los gobiernos deben tener en cuenta que el sida es una lucha a largo plazo y no una crisis pasajera, por lo que hay que pensar en el futuro".
Para 2031, año que se toma de referencia porque es en el que se cumplirá el 50 aniversario del descubrimiento del virus, se estima que la inversión necesaria para hacer frente al sida podría llegar a los 722.000 millones de dólares, una cifra que se hace más grande aún dada la situación económica actual. Y, sin mirar tan lejos, la falta de dinero puede hacer que para 2015 el número de nuevas infecciones aumente a 3,2 millones anuales, frente a los 2,3 millones registradas en 2009. Para evitarlo, los firmantes del artículo piden a los países que adopten la forma más inteligente de invertir los recursos.
La pandemia de sida es heterogénea, con distintas subepidemias según los países. En general, se pueden distinguir dos grupos: los países con una alta prevalencia del sida (mayor del 5% en adultos) y bajos ingresos y un segundo grupo de países con baja prevalencia (menos del 1%) y medianos ingresos. En los primeros la lucha contra el sida se lleva entre el 23% y el 65% del presupuesto total destinado a temas de salud y, además, dependen de las contribuciones externas porque por sí mismos no pueden hacer frente a la enfermedad. En el segundo grupo, entre el 1% y el 4% del dinero sanitario va para esta causa.
Elegir las estrategias más económicas y efectivas es crucial en el primer caso. Entre éstas, figuran dar tratamiento a las mujeres embarazadas para prevenir la transmisión del virus a los bebés, la circuncisión, y paquetes preventivos como tests, asesoramiento y condones que lleguen a las trabajadoras del sexo y los hombres con relaciones homosexuales. "En el fondo, se trata de prioridades políticas, no sólo económicas", concluyen.
**Publicado en "El mundo"