Hoy quiero centrarme en las facultades corporales a la hora de lograr grandes resultados. Al igual que la mente, el cuerpo ofrece una gran variedad de recursos para modificar positivamente nuestras emociones. La fisiología (entendida como el modo en que usamos nuestro cuerpo) es una herramienta espléndida para modificar de manera rápida y efectiva nuestros estados de ánimo, y a la vez, ayuda a producir resultados dinámicos en nosotros en dependencia del recurso utilizado.
No puede existir una acción poderosa sino viene acompañada de una fisiología poderosa. Si cada uno de nosotros asume una fisiología llena de vitalidad, de dinamismo, exaltada, adoptamos automáticamente ese estado. Esto se produce de esta manera, ya que, entre la fisiología y las representaciones internas existe una vinculación total. Si cambiamos nuestra fisiología (esto es, nuestra postura, patrón respiratorio, tensión muscular, tono) se modifican al instante nuestras representaciones internas, y por tanto, nuestro estado.
Cuando nuestra fisiología decae, toda la energía positiva de nuestro estado también decae. De igual modo, cuando intensificamos e iluminamos nuestra fisiología, nuestro estado cambia positivamente. La fisiología constituye la palanca del cambio emocional, no se puede experimentar una emoción sin que ello vaya acompañado del correspondiente cambio fisiológico. ¿Qué debemos hacer para cambiar nuestro estado en un instante? Cambiar nuestra respiración, expresión facial, postura y movimientos, ésto propiciará un cambio instantáneo en nosotros.
Os voy a poner un ejemplo para que resulte más ilustrativo: Cuando uno empieza a sentirse cansado, nuestra fisiología nos comunica esta condición mediante una serie de señales específicas: hombros caídos, relajación de varios grupos musculares, expresión facial laxa y otras señales por el estilo. Si continuamos diciendo que estamos cansados, somos nostros mismos quienes formamos la representación interna de que lo estamos, y por tanto, reforzaremos las señales que han provocado ese estado. Sin embargo, si adoptamos la decisión consciente de estar plenamente en posesión de nuestros recursos, atentos y dueños de los acontecimientos, el cuerpo obecederá y el estado o emoción cambiará.
Otro aspecto relevante en la fisiología es la condición de congruencia o coherencia. Si comunicamos un mensaje positivo, pero lo hacemos con voz débil y titubeante, mientras adoptamos también un lenguaje corporal poco definido, no nos mostramos congruentes. La incongruencia nos impide obtener todo lo que podríamos alcanzar, hacer todo lo que podríamos hacer y ponernos en un estado de máximo potencial. Decirse un mensaje contradictorio a sí mismo es una manera de desperdiciar parte de la propia fuerza que tenemos. La congruencia, sin embargo, es poder. Los triunfadores son quienes consiguen dedicar todos sus recursos, mentales y físicos a la culminación de una tarea. Cuando comunicamos de manera empática, armónica y decidida, enviamos señales inequívocas a nuestro cerebro de lo que pretendemos. Y nuestra mente reacciona en consecuencia.
En definitiva, la fisiología constituye un sistema flexible de mejora. La flexibilidad genera opciones, y quien tiene más opciones tiene más probabilidades de conservar el control y de dominar la situación. Sirvámonos de esta maravillosa herramienta para lograr nuestros objetivos y generar el panorama de posibilidades que necesitamos para llevar una vida plena y satisfactoria.
“Cuando aprendas a hacer más con menos, entonces serás capaz de hacer menos y obtener más”
Bashar