Según una información de Faro de Vigo, la multinacional farmacéutica Roche "deja de surtir fármacos a hospitales griegos y no descarta hacerlo en España".
Dice el periódico gallego que "la compañía suiza ha decidido suspender el suministro de fármacos contra el cáncer u otras patologías a los centros hospitalarios. Una medida que no descarta aplicar a otros países, entre ellos España, donde aseguran que la situación de crisis y deuda "está al límite" en algunas comunidades". Según Roche "hay hospitales que no le pagan los medicamentos desde hace años".
Estamos pues ante un nuevo peldaño de la escalada que pretende la destrucción de los sistemas sanitarios públicos europeos, porque además de Grecia y España también se amenaza a la red de centros hospitalarios públicos de Italia, Portugal y otros países. Un tal Schwan, rostro publico de la farmamafia suiza, "resaltó que Roche va a aumentar las entregas a las farmacias griegas que sí pagan las facturas, así que los pacientes van a poder conseguir los fármacos que necesitan, pero pagando de sus bolsillos en las farmacias y llevando los medicamentos a los hospitales para que les sean administrados allí, si es necesario". ¿Ven el truco? Habrán medicamentos, si el paciente los paga de su bolsillo. El cinismo de estos canallas no conoce límites.
Nuestro Gobierno sale al quite. "Los españoles deben estar tranquilísimos. España no tiene nada que ver con Grecia en el aspecto sanitario", dicen desde el Ministerio que gestiona -es un decir- Leire Pajín. Sin embargo, según Faro de Vigo y El País "La patronal Farmaindustria asegura que la deuda de los hospitales españoles asciende ya a 5.400 millones y que la demora media en el pago es de un año y dos meses". O sea que pronto nos cerrarán el grifo como a los griegos. Apuesten algo a que comienzan por los medicamentos contra el cáncer; es el mejor modo de chantajear a un Estado y una sociedad.
Remata la información el periódico vigués explicando que otra farmaindustria, la danesa Novo Nordisk " interrumpió el año pasado, el envío a hospitales griegos de determinadas marcas de insulina, debido a que el gobierno de Grecia había anunciado la reducción de los precios en más del 25%". O sea que si un Gobierno intenta hacer el precio del medicamento más asequible a quienes como en el caso de la insulina no pueden prescindir de él, se le corta el suministro y aquí paz y después gloria.
Habrá que preguntarse para qué sirven los aparatos policiales y judiciales de los respectivos Estados europeos, si los responsables de la farmamafia andan sueltos por la calle -tranquilísimos, ellos sí- y hasta se permiten hacer declaraciones a la prensa chantajeándonos a todos. Porque si el poder del Estado no quiere o no puede atajar esta canallada, nadie tendrá derecho a reprochar a los afectados o sus familiares cuando comiencen a tomarse la justicia por su mano.