“En el momento del diagnóstico de TDAH [Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad], uno de cada tres pacientes se halla en una situación nutricional deficiente (subnutrición o malnutrición). Esta es la principal conclusión de un estudio, publicado en Revista de Neurología, en el que se ha realizado un análisis evolutivo de las variables antropométricas de un grupo de pacientes diagnosticados de TDAH para determinar la repercusión del tratamiento con metilfenidato“.
La medicación psicoestimulante y, concretamente, el metilfenidato -marcas Ritalin, Rubifen, Concerta-, continúa la noticia, constituye el fármaco de primera línea en pacientes con TDAH. Los resultados de este estudio muestran que el tratamiento continuado con metilfenidato durante 30 meses ejerce una influencia negativa sobre la talla. Añade que “posiblemente podría atenuarse mejorando la nutrición de los pacientes”.
Es decir, buena parte de los niños que se diagnostican con TDAH tiene carencias nutricionales, están mal alimentados, vaya y tomar la medicación ad hoc -peligrosa, además- contribuye a empeorar la situación pues se ha comprobado un “retraso de crecimiento”. Entonces, si mejoramos la alimentación de los niños se podría evitar que les diagnosticaran una enfermedad tan polémica y les dieran fármacos peligrosos que además contribuyen a emporar su situación.
Luego para prevenir no ya la enfermedad sino lo que es peor su “remedio” lo que hay que hacer es cuidar la alimentación de los niños, cada vez peor, para que obtengan todos los nutrientes necesarios para su correcto crecimiento. Si puede ser ecológica mejor pues hay estudios que relacionan el TDAH con los tóxicos que ingerimos. Y no hace falta recordar que debe estar basda sobre todo en verduras, hortalizas, legumbres y frutas, es decir, en vegetales lo más frescos posible.
Más info en el libro La salud que viene que trata en un capitulo sobre la invención de trastornos.