La maldición del faraón

Por Arteameno

Tuntakamón es ungido por su esposaAnónimo egipcio-1355-1342 a.C.


Tras seis años de intenso trabajo de excavación en el valle de los Reyes, el arqueólogo inglés  Howad Carter había dado por fin con la tumba de Tutankamón.Carter y Carnavon vivieron uno de los máximos triunfos de la historia de la arqueología, una vez hubieron bajado el último de los dieciséis escalones que llevaban al interior de la tumba, los dos se encontraron frente a una entrada tapiada, que tenía el emblema real del faraón, eso fue sólo el principio. Cuando tropezaron con una segunda entrada tapiada, tomaron una palanca y abrieron un agujero en la obra de mampostería de tres mil años de antigüedad. A través de él contemplaron cosas que les dejaron sin habla, la vacilante luz de una vela iluminaba el más importante de los tesoros descubiertos en Egipto.La prensa se ocupó extensamente de la historia, inventó otra historia, sobre algo que llamó “la maldición del faraón”, una maldición que acarreaba la muerte a cualquiera que perturbara el descanso del rey muerto.Lord Carnavon y su esposa murieron poco después de descubrirse la tumba, igual que algunas otras personas que estuvieron presentes cuando la abrieron.En 1950, el único miembro del equipo de excavación original que quedaba con vida era Carter, que parecía indiferente al temor de que las muertes eran el resultado de una antigua maldición. Tras investigar una serie de muertes, se averiguó que bastantes eran mentiras de la prensa, inventadas para conseguir vender más periódicos. Sin embargo, algo hay de cierto en la leyenda. La ciencia ha revelado que al abrir las tumbas, quienes lo hacían se exponían a un hongo infeccioso que está presente en los cuerpos en descomposición. Puede que tuviera algo que ver con la serie de muertes que siguieron al descubrimiento de la tumba.