La máscara más fácil del mundo.

Por Paula Lesina

Fiesta de Primavera en la escuela. Camilo quería ser el hombre araña pero las convenciones al uso en el centro educativo advierten que los mutantes no son nada primaverales. En consecuencia, había que buscar un Plan B. Sencillo y con los materiales en existencia. Mi dedicación a la escritura en las últimas semanas trae aparejado un alejamiento momentáneo de las artes manuales y se siente la pérdida de fluidez en los trazos y en los propósitos. 
Además, hace algunos meses -cuando comencé a sentirme muy mal de salud sin motivo aparente...- suspendí toda actividad ciruelesca que implicara elaboración personalizada de productos y solo recientemente estoy retomando la vena creativa y los planes que figuré atrevidamente cuando no-marido me plantó el desafío  "es imposible vivir de un trabajo online". Las memoriosas recordarán que mi primer idea al respecto fue virtualizar mi espacio de organización de fiestas.
Quizás esto no tenga relación alguna con la máscara más fácil del mundo mundial pero sí con el universo craftero y de las manualidades en general. Lo cierto es que estoy pensando seriamente en crear un espacio para enseñar sobre organización y ambientación de eventos en dos niveles: para quienes quieren hacer ellas mismas el diseño de las celebraciones familiares pero también para las profesionales del sector que, si bien tienen una completa formación teórica, comienzan su actividad con cero perspectiva de los aspectos prácticos y creativos del trabajo que van a realizar. 
Tuve la oportunidad recientemente de organizar un taller diseño de celebraciones para Planners y honestamente, fue una experiencia estimulante y divertida que me dejó con ganas de más... Previsible ¿no? Yo enseñado. Con lo cual queda absolutamente demostrado que mi crisis profesional no tiene nada que ver con el acto en sí mismo de la enseñanza-aprendizaje sino con otros factores que son materia de intensionalidad.  
Y ya que vamos de vuelta en vuelta, divagando que da miedo (total, estamos en confianza) pensé que este cambio podría enmarcarse en un panorama más amplio que de coherencia a todos mis espacios virtuales tal cual como fueron creciendo y con la forma que fueron tomando. Por eso me gustaría que Ciruela se llevara consigo los DIY desmesurados de cinco minutos e incorporara toda la sabiduría culinaria de mi socia-mejor amiga. 
De esta forma, podría enfocar esfuerzos aunando desmesuras e intensionalidades y re-significando un emprendimiento que tiene para mí el valor emocional de una gestación. El 13 de octubre, cumplo exactamente seis años de maternidad y cinco de emprendedora creativa. Aunque para ser honesta, en lo que a mí refiere, pasaron dos vidas. Sin embargo, te sigo contando de estos proyectos el lunes porque ahora quiero que vivas conmigo la experiencia de tener un Camilo en tu vida. Aunque solo sea momentáneamente y de forma virtual, alguien más tiene que entender que no me la hace fácil...

La dichosa máscara hecha a mano.


Madre camina con hijo ofuscado a la salida de la escuela. Vetado su plan de ser Peter Parker enfundado en calzas azules y máscara asfixiante, hijo quiere comprar disfraz. Específicamente: una máscara de pájaro. Ya que no puede ser hombre araña, quiere ser un cardenal. Nada menos. Este niño tiene las ideas más bizarras del universo. Ni cotorra ni paloma. El quiere ser cardenal. Afortunadamente tenemos en existencia goma eva roja y algo de pintura acrílica al tono pero... ¿cómo hago yo una máscara de cardenal decente con la compu rota y sin posibilidad alguna de imprimir patrones? 
No iba a ser este cuestionamiento el que me limitara, porque comprar una máscara nunca estuvo en mis planes y me encanta la fiesta de la primavera pero llega en el momento menos oportuno. Quiero decir, llega en primavera como corresponde pero esta madre tiene otros proyectos que la ocupan y dos clientas que descubrieron que levanté la veda ciruelesca y ya me propusieron dos fiestas para las próximas semanas. ¿Algo más? ¿Un curso para Blogueras pro que comienza el lunes tal vez? 

Como sabrán, no soy de las que da un paso atrás a los desafíos. Me propuse terminar la dichosa máscara en una hora porque el amor a un hijo no es directamente proporcional al detalle en la elaboración de su disfraz primaveral. Y porque era el tiempo exacto que tenía antes de que llegara socia a elaborar presupuestos. No tengo patrón...pues se dibuja a mano alzada. ¿Quién dijo que la máscara tenía que ser perfecta? La máscara tiene que ser. Y punto. Así que trazando un simple eje al doblar la hoja en dos mitades iguales, empecé mi máscara fácil y frugal.



Trazado el molde modesto en goma eva y con una paciencia infinita se recortan algunas formas de plumas para darle contorno. El susodicho de las aspiraciones bizarras estuvo a cargo de la pintura de las plumas, que más que plumas son formas filiformes devenidas en plumaje de goma eva. Espero que el jurado escolar no sea exigente con las representaciones de los seres vivos de la naturaleza y comprenda que la morfología de la máscara es figurativa... Porque una es desmesurada pero ornitóloga ni por las dudas.

Envalentonada por el impulso, mamá aportó algunas pinceladas de color. En definitiva, pretenderá ser un cardenal rojo pero no iba a perderme la oportunidad de darle el toque desmesurado. A diestra y siniestra.

Con la pintura seca, pegamos cada una de las plumas en el contorno de la máscara. Hicimos pruebas. Despegamos excesos, corregimos tamaños y agregamos un pico. ¿Me podés decir cómo hago un pico de cardenal? Entiéndase que esta pregunta es formulada porque me complico demás pensando en moldes tridimensionales sin embargo, se solucionó fácilmente con un cono de goma eva amarilla. De esta forma, en menos de una hora teníamos máscara y fotos...

Para ser honesta...de cardenal no tiene ni la sombra. Los colores, nada más. Creo que en breve voy a tener una denuncia de alguna organización defensora de los derechos de los animales por abuso de confianza. Por mi parte, puedo alegar que estamos más cerca de una máscara tribal (observación de hijo desmesurado) que de un pájaro. De pronto la excusa y algo de argumentación antropológica nos salva de la denuncia. 

Obviamente, mi toc encuentra mil desperfectos en el resultado final pero me contengo como una señorita porque si algo tiene de bueno Intensional es ayudarme a manejar con elegancia mis compulsiones, el perfeccionismo y demás manifestaciones de esa impostora interna que nos impide disfrutar de los pequeños logros o de las grandes hazañas. Queda claro que ésta, no es una de mis grandes hazañas pero...¿a quién le importa demasiado si a él le gusta el resultado final?

Te recuerdo como al pasar que comentando en los argumentos para tener un blog profesional, estás participando del sorteo una plaza para el programa completo de Blogueras Pro. Tenés todo el día de hoy para comentar en la entrada e ir de tour por el finde frugal de Marce, donde seguramente no te encontrás cardenales bizarros pero sí muchas mujeres creativas que embellecen la vida cotidiana con sus propias manos.