La Meditación Auténtica

Por Ipiera68 @Iciar_Piera

Fotografía: Gregory Colbert

"La recuperación (el acto de encubrir el asunto reprimido que nuestra experiencia vital está intentado sacar a la luz) lleva siempre a una vida de silenciosa desesperación, mientras que el "descubrimiento" (el acto de asumir los asuntos reprimidos que emergen como material en bruto para el crecimiento emocional) lleva siempre a la vida." ~Michael Brown

¿Qué se puede hacer cuando una catástrofe como la del avión de Germanwings ocurre? ¿Cual es nuestra responsabilidad en sucesos de esta magnitud? Cuando me hago esta pregunta siempre escucho la misma respuesta: Responsabilizarte de tu propia experiencia. ¿Qué siento cuando algo tan inesperado sucede? ¿Qué pensamientos surgen en mi mente? Mi responsabilidad está en sentir y dejar ir toda ira, tristeza, resentimiento, dolor, frustración que aparezca. No esconder ningún resentimiento, no buscar ningún culpable, no justificar mi sentir por el comportamiento de otros. No siempre es fácil, pero mantener mis propios conflictos sin resolver, mis propios odios es alimentar el problema. Es el mismo tipo de "dolor" o de "inconsciencia" que lleva a alguien a estrellar un avión con pasajeros a bordo. Nuestra responsabilidad es formar parte de la solución, no del problema. Ser el espacio amoroso donde el dolor, la inconsciencia, el odio encuentran un espacio para sanarse. Abrazar el odio. Parece difícil, pero si el miedo es ausencia de amor, lo único que puede resolver cualquier conflicto es el amor. Y eso empieza siempre por nosotros mismos responsabilizándonos de nuestra propia experiencia y sanando nuestros propios miedos. <3

Como la naturaleza de nuestro Ser es despertar, cuando permitimos (profundamente) que todo sea lo que es, el material que tenemos reprimido en nuestra psique suele salir a la superficie. De hecho, muchos estudiantes espirituales utilizan inconscientemente sus técnicas de meditación para seguir reprimiendo determinado material. Aunque no se den cuenta, es lo que sucede. Cuando nos relajamos, cuando nos abrimos realmente y permitimos que las cosas sean como son, suele surgir determinado material reprimido, y eso nos coge por sorpresa. De repente puedes tener un acceso de ira, o de tristeza durante la meditación. Tal vez te pongas a llorar. Quizás te reencuentres con diversos recuerdos que vuelven a hacerse conscientes y a manifestarse.

Tal vez sientas dolores físicos cuando permites que todo se lo que es, la gente cuenta que suele experimentar dolor en diferentes partes del cuerpo. Cuando empezamos a relajarnos de verdad, lo que tenga que salir a la superficie saldrá. Como he dicho anteriormente, muchas personas espirituales utilizan sus técnicas espirituales, sin darse cuenta, para suprimir su inconsciente. Cuando dejamos de suprimirlo, el inconsciente comienza a surgir y se manifiesta.

¿Qué debemos hacer con el material inconsciente que sale a la superficie? Nada.

Simplemente dejar que se manifieste. No tenemos que analizarlo. En la mayoría de los casos, lo que surgen son conflictos que están pendientes de solucionar: emociones que nunca nos habíamos permitido sentir en su totalidad. Aparecen todas esas cosas, este material interno que no hemos resuelto anhela ser experimentado plenamente, no quiere quedarse relegado al inconsciente. Así que si nuestro material reprimido sale a la superficie, debemos permitirlo sin suprimir nada, sin analizarlo, debemos darnos la oportunidad de experimentar esas sensaciones en el cuerpo, en nuestro ser, y tenemos que dejar que se desplieguen naturalmente. Si lo haces así independientemente del tipo de dolor que sea (emocional, psíquico, físico, espiritual o de otro tipo) comprobarás que este material reprimido aparecerá. Si no desaparece estarás conservando algo de resistencia, o de rechazo, o de indulgencia, y es bueno que lo reconozcas, pues eso te dará la oportunidad de relajarte una vez más.

La Meditación Auténtica es el espacio donde todo se manifiesta, donde todo se ve. Y como tal, todo se relaja a si mismo. No siquiera lo relajamos nosotros. Se relaja solo.

A lo largo de mi proceso he tenido la suerte de encontrarme con "ayudas" que me aportaron luz en momentos de oscuridad. Una de las que recuerdo con más cariño es el libro: "El Proceso de la Presencia" de Michael Brown. Cuando todo ese vaivén emocional empezó a salir a la superficie, leer este libro me ayudó a ver todo el proceso desde otra perspectiva. Eso no impidió que no tuviese que sentir todo ese vaivén, y que siga, pero si me ayudó a soltar mucho del sufrimiento y la resistencia que suele acompañarlo. Es un libro que recomiendo una y otra vez. :)

En ese libro aparece una metáfora que ayuda a entender el porque cuando empezamos a mirar dentro, cuando nos relajamos y meditamos, al principio uno se siente mucho peor que antes.

Al iniciar el Proceso de la Presencia, lo que pretendemos es hacer emerger en nuestra conciencia esas emociones reprimidas de la infancia, así como el sistema de creencias negativas que aquellas engendraron. Y esto porque es ahora cuando se nos está enseñando a integrarlas y a neutralizar el efecto negativo que están teniendo en nuestra experiencia vital presente.

Una analogía que puede ilustrarnos bien este procedimiento sería una jarra en la que hubiera agua y aceite. El agua es el quién y el qué somos realmente, mientras que el aceite es la suma de nuestras experiencias desagradables físicas, mentales y emocionales. Vivir de manera reactiva, con una mentalidad de víctima o de vencedor, equivale a menear la jarra una y otra vez con la intención de provocar un cambio en nuestras circunstancias. Pero, con esto, lo único que conseguimos es que el aceite y el agua se mezclen hasta tal punto que resulte imposible saber qué es una cosa y qué es otra. Es decir, con nuestros interminables "haceres", lo único que logramos es una mezcla turbia. El Proceso de la Presencia (o la Meditación) se ocupa del "no hacer". Nos enseña a dejar la jarra en paz, de dejarla "ser". Y eso hace que el aceite suba automáticamente a la superficie y se separe del agua. El aceite que sube son los recuerdos inconscientes de nuestra infancia y el sistema de creencias negativas que aquellos han engendrado, que emergen automáticamente hasta la superficie de nuestra experiencia vital cuando nos dedicamos a "no hacer". En ese momento podemos extraer suavemente el aceite de nuestras emociones reprimidas de la superficie de nuestra experiencia vital. A medida que lo vamos haciendo, la jarra de nuestra vida se va vaciando poco a poco de aceite, en tanto que el agua, es decir, nuestra experiencia vital, se hace cada vez más clara. De esta manera empezamos a tomar conciencia de quiénes y qué somos, en lugar de dejarnos distraer interminablemente con las experiencias que hemos fabricado como reacción a nuestros malestares internos.

~Michael Brow, El Proceso de la Presencia

Si nuestra experiencia vital parece deteriorarse o sumirse en un malestar mayor o en una situación "extraña", tenemos que recordarnos que esto está ocurriendo porque hemos iniciado el Proceso de la Presencia, porque estamos poniendo nuestra atención en nuestros bloqueos emocionales. Tenemos que recordarnos que esos indicadores externos de un incremento de turbulencias en nuestra experiencia vital son en realidad muy positivos. Puede parecer "el fin del mundo". En cierto modo lo es: es el fin de nuestro mundo de falsedad y ficción. Pero ese mundo tiene que disolverse para que podamos experimentar nuestra presencia interior. Así pues, mientras pasamos por estas experiencias desagradables, hemos de tener paciencia y hemos de ser compasivos con nosotros mismos. Michael Brown, El Proceso de la Presencia.

En mi blog, Abre Tus Alas, compartí esta sencilla meditación para ayudar a "purgar" todo esos bloqueos emocionales:

"Habla con tu cuerpo, puedes preguntarle ¿hay alguna energía que necesita moverse en este momento? Permite que tu atención se mueva hacia cualquier parte de tu cuerpo. Puede ser un cosquilleo, una presión, una punzada, algo llamará tu atención físicamente. Con la atención en ese lugar del cuerpo y en tu respiración di: "tienes permiso para moverte, para fluir, este es un espacio seguro, confiable." Continúa respirando y prestando toda la atención a tu cuerpo. La molestia o sensación inicial puede aumentar, disminuir, desaparecer y cambiar hacia otra parte del cuerpo. Respira y sigue el movimiento de la energía hacia cualquier parte del cuerpo que llame tu atención y continúa diciendo: "este es un espacio seguro, puedes continuar tu movimiento." Mantente realizando el ejercicio hasta que sientas que el movimiento de la energía se completó. ~Verónica Hernández Simeonoff

Para cerrar la entrada de hoy quiero compartir un vídeo del autor de la fotografía que acompaña este texto: Gregory Colbert. Si tenéis oportunidad no dejéis de ver sus fotos. E incluso podéis utilizar alguna, como la que acompaña este texto como ejercicio de meditación. Observa la fotografía y dejar que ella te lleve hasta ese espacio de silencio interior donde no hacen falta las palabras. <3

***Recordaros que hacemos sesiones de liberación emocional, de liberación del cuerpo-dolor, también en los niños y adolescentes y que estos suelen reaccionar muy bien a esta herramienta.