La melancolía de Haruhi Suzumiya
Nagaru Tanigawa | Disponible | Inconcluso |“No me interesan los humanos normales. Si alguno de vosotros es un alienígena, un viajero del tiempo o un telépata, le invito a que se una a mí. Eso es todo”.
Así es como la adolescente Haruhi Suzumiya se presenta al resto de la clase durante su primer día de curso, y no le importa en absoluto que sus compañeros piensen que es rara. Desde luego, eso es lo que piensa su cínico compañero de clase Kyon, quien sin embargo empieza a acercarse a ella por pura curiosidad. Un buen día, Kyon le da a Haruhi una idea: si los seres fantásticos no vienen a ti, ¿por qué no fundas un club para encontrarlos? Y es así como se funda la brigada SOS, bajo cuyo estandarte Haruhi logra reunir -usando más la fuerza que la persuasión- un plantel de personajes de lo más variopinto. Unos personajes que, para sorpresa de Kyon, resultan ser una alienígena, una viajera del tiempo y un telépata. Porque resulta que Haruhi tiene un enorme secreto: si se aburriera, podría borrar el mundo para crear otro nuevo…
Porque Haruhi Suzumiya es Dios, aun sin ser consciente de ello. Y el papel del pobre Kyon y del resto de seres paranormales es evitar que se aburra a cualquier precio.
El género de la novela ligera es todo un éxito en Japón, y el ejemplo deLa melancolía de Haruhi Suzumiya es tan importante que incluso trascendió las barreras de su país. Pese a la mayor popularidad de su -excelente- versión animada, las novelas tienen millones de seguidores y pueden disfrutarse en España, donde ya se han licenciado diez de los doce tomos publicados en el país del Sol Naciente. La popularidad de este personaje dentro del mundillo otaku no puede tomarse a la ligera. Y no es para menos, porque Nagaru Tanigawa supo mezclar dos de sus mayores amores, las novelas de pandillas y la física cuántica, para crear una obra que trasciende géneros y medios por igual.
La melancolía de Haruhi Suzumiya es una obra completamente inclasificable. Tanigawa mezcla la comedia, la ciencia ficción, la fantasía, el romance, el misterio y las historias de instituto de toda la vida para crear algo que no sólo funciona en todos esos ámbitos, sino que los combina e interreferencia para crear algo totalmente nuevo y brillante. Es también un ejemplo magnífico de narrativa transmedia: Haruhi es un fenómeno que abarca libros, cine, cómics, televisión, radionovelas, videojuegos y toneladas de merchandising y memes de Internet.
¿Por qué leer estas novelitas? Porque son sencillas y divertidas, tan buenas para leer en un sillón como en un asiento del metro -a riesgo de perderse los mil y un detalles y referencias que plagan cada párrafo-. Porque son todo un ejemplo de narrativa posmoderna, con uno de los narradores en primera persona más descacharrantes y memorables que he leído nunca. Porque son únicas no sólo en su planteamiento, sino -que tomen nota las editoriales españolas- en su ejecución. Y porque es, en esencia, literatura de pandillas: un género que debe resurgir a toda costa.
Tan sólo un aviso: ésta no es lectura para amantes de lo clásico y enemigos de lo nuevo. Para todos los demás… ¡bienvenidos alharuhiismo!