[ "El amor no se manifiesta en el deseo de acostarse con alguien (este deseo se produce en relación con una cantidad innumerable de mujeres), sino en el deseo de dormir junto a alguien (este deseo se produce en relación con una única mujer)” ]
Según Kundera en su famoso libro "La insoportable levedad del ser" nos cuenta acerca de la memoria poética del hombre y de cómo nosotros, los mortales, nos limitamos a ella como fieles siervos hacía la deidad del amor. Tomás y Teresa, los nombres de sus personajes principales, pueden ser cambiados por Carlos y Paulina. O por Laura y Ernesto. Por el nombre de tu pareja y el tuyo. Y puede ser que en alguno de ustedes dos, o en ambos, ocurra el efecto al que se refiere Kundera.
Su trastorno de manifestación romántica en donde no necesariamente siempre va a estar el nombre de ella bajo las sábanas, o de él. Para ser más claros y ponerlos en contexto, Tomás está casado con Teresa y viven juntos. Tiene un pasado turbio por separado y sus mentes siempre están en constantes revoluciones pensando egoístamente en las necesidades de ambos, pero separados (dinero, comida, necesidades). Tomás es un hombre sexualmente activo y al que la sexualidad representa una necesidad o comodidad a la par de ir al baño o simplemente ver la televisión. Teresa es una mujer frigida y sin apetito sexual activo. Se pueden imaginar que su relación se basa puramente en "amor", compromiso y la misma necesidad de protección el uno con el otro. Pero sabemos, inferimos, que Tomás le es infiel a Teresa por su nula inquietud sexual.
Tú lo sabes. Ella lo sabe. Pero él aún no se da cuenta la magnitud de sus acciones. Al principio de la novela (y por su título) nos damos cuenta que para Teresa puede más el peso de la infidelidad que la levedad que su relación le da. Conforme la novela avanza nos damos cuenta de cómo los papeles cambian y ahora puede más el peso de verse sin él a la levedad que conlleva la infidelidad. Es decir, al principio de la novela a Teresa le pesaba más la infidelidad y al final, el estar lejos de él. ¿Pero que pensaba Tomás? Al principio de la novela a Tomás le pesaba más estar sin otras mujeres en estado carnal puro que la levedad de su relación con Teresa. Al final de la novela, le pesaba más los errores que había cometido en la vida que la levedad de su infidelidad. Por la cabeza de Tomás jamás pasó la idea de sentirse culpable por ser infiel y de hecho, los errores de los que hablo son totalmente independientes a cuantas mujeres tuvo aparte de su pareja. Es cuándo entendemos la memoria poética del hombre, que nos habla del ciego amor que puede sentir un hombre por una mujer (aplíquese en cualquier orientación) MÁS la levedad que supone el engaño, pues en su memoria solo ocurre tener sentimientos por UNA sola mujer, aunque realmente mantenga relaciones con mil. ¿Es cínico? Si. Pero lo acepta. Y con la aceptación de algo que es moralmente malo, viene el argumento de porqué no es realmente malo. Personalmente estoy en contra de la infidelidad, en este caso por qué yo sé lo que supone el peso que una mujer siente al enterarse de algo como eso. Una mujer se culpabiliza, se arrepiente e intenta mejorar la relación en la que antes estaba. (Creo que incluso con un hombre pasa lo mismo) Pero creo que Tomás no estaba mal, creo que mientras en su cabeza siga pensando en Teresa, siga sintiendo lo que siente por ella y siga creyendo que es el amor de su vida; puede hacer y deshacer. Siempre y cuándo Teresa acepte que no puede satisfacerlo del todo y que realmente, ella también lo ama tanto que permite que un deseo sexual por parte de él se convierta en un yugo. Pero en esté caso las cosas no funcionan así, realmente jamás van a funcionar así y no digo que esté mal, creo que la fidelidad se ha convertido en el concepto más ambiguo que existe hoy en día y aunque opine que no existe del todo, aún existe la fidelidad que tenemos en nosotros mismos. Algo que es más fuerte incluso que externandola a otra persona y que es más fuerte por no quebrantar los ideales que tenemos en nosotros mismos. Creo que si actualmente tuviéramos los mismos ideales en una relación, nadie sería infiel. No al menos sentimental ni pasionalmente, sino, mentalmente. Pues tengo la firme creencia que los sentimientos y la pasión son atracciones que cualquier persona puede dar; pero la atracción por una mente está tan fuera del alcance que la palabra infidelidad ni siquiera la puede tocar. Es así que no cualquier hombre puede decir que tiene una memoria poética y menos por cualquier mujer.
Conclusión: Si tu novio, esposo o pareja te da ese argumento para explicar una infidelidad está en tus manos hacer lo que creas necesario, en mi caso, sería una cachetada.
Saludos, Max.