La mesa de estación de Otoño: ¿Qué? ¿Cómo? ¿Por qué?

Por Aguamarina Maribel Jiménez

Después de recibir muchísimas peticiones y consultas sobre la mesa de estación característica de la pedagogía Waldorf, he decidido profundizar más en los grandes interrogantes: ¿Qué es una mesa de estación? ¿Para qué sirve? ¿Cómo se hace? ¿Qué figuras hay que poner? ¿Cómo se usa?...

Para dar respuesta a estas preguntas,  voy a ir publicando a lo largo del año una serie de posts relacionados con cada una de las estaciones. Así que hoy empezamos  a desarrollar la primera parte; la mesa de estación del Otoño.
¿Preparado/a para tomar notas?

¿Qué es una mesa de estación?

Una mesa de estación es un rincón de casa (normalmente una mesa) en el que podemos seguir el ciclo natural del año.

Creando y manteniendo una mesa de estación agudizamos nuestra percepción (y la de los niños)  de lo que está ocurriendo en la naturaleza.
De esta manera, los cambios que tienen lugar en el mundo natural encuentran su expresión en el interior de nuestro hogar, donde las figuras de la mesa de estación representan la esencia de lo que está pasando en la naturaleza.
Ya te mostré un pequeño avance de lo que es una mesa de estación el año pasado en el post “todos los niños deberían tener una mesa de estación”.

Antes de continuar…

Las explicaciones que voy a ir desarrollando para la mesa de estación se refieren al ritmo del equinoccio de primavera, solsticio de verano, equinoccio de otoño, y así sucesivamente,  es decir del hemisferio norte.
He recibido varias consultas de personas que viven en el hemisferio sur, donde el día de Navidad lo celebran en verano. En estos casos es importante guiarse por la imaginación y la creatividad e ir adaptando los elementos y las festividades  que representamos en la mesa de estación a la temporada local.  

¿Para qué sirve la mesa de estación?

Los niños y niñas pequeños no se ponen a estudiar la naturaleza intencionadamente, pero sin embargo de manera inconsciente, sin darse cuenta, son conscientes de sus leyes.
Cuando traemos el mundo exterior al interior de casa creando una mesa de estación con colores y elementos naturales, sin el uso de palabras, los niños aprenden a valorar y a apreciar las muchas maneras en que la naturaleza de su entorno se expresa y cambia.

Por eso la mesa de estación facilita que los niños puedan experimentar conscientemente el ritmo del año, lo que, por otra parte, es una gran fuente de seguridad.

¿Cómo se hace una mesa de estación?

Todo lo que se necesita para crear una mesa de estación (también llamada de la naturaleza) es un lugar para poner los elementos, como una mesa o un estante especial de casa.

Lo mejor es que este lugar sea siempre el mismo; esto dará a los niños un foco constante para centrar su atención.
Nosotros utilizamos la superficie de una estantería de Ikea Kallax, la pequeñita de 4 espacios.
Sobre la mesa, para poder colgar telas y otros elementos, también se puede hacer una especie de arco o estructura, en casa tenemos una con cañas de bambú atadas (nada más sencillo), que siempre cubrimos con alguna tela del color de la estación.

Los materiales

El elemento básico de una mesa de temporada es un poco de tela suave de algodón, seda, terciopelo, fieltro…


La tela simplemente se puede colocar sobre la mesa, o también puede servir como un fondo, que se puede subir hacia la pared atándola a algún gancho o cubriendo la estructura de palos que antes te mencionaba.

Si buscas telas de las estaciones te recomiendo que eches un vistazo a las telas especiales para ello que tienen en LoraLora. ¡Son todas tan bonitas!

Los colores

Los colores de la tierra (de la superficie de la mesa) y del fondo son muy importantes porque vienen a expresar el estado de ánimo de la estación.

Para saber los colores representativosde cada estación mira el artículo del calendario anual Waldorfssori donde te lo expliqué detalladamente y te será de gran ayuda.

Los elementos naturales

Piedras, troncos y piñas de diferentes tamaños son elementos útiles para la mesa de estación.

También un florero con ramas o flores de la temporada.


Los niños pueden ayudar también a recoger bonitos objetos naturales en sus paseos al bosque o al parque. A veces pueden hacer algo por sí mismos (te iré mostrando algunas ideas de manualidades en cada estación), que se merezca un lugar en la mesa.

Las figuras

Hay muchas figuras que se pueden poner en la mesa de estación que reflejan los diferentes momentos del ritmo anual y también las festividades que vivimos en nuestro entorno.

Aunque algunas, como Madre Tierra por ejemplo, al ser una figura central, puede estar presente durante todo el año. Yo la hago como si fuese un hada y la confecciono con lanas naturales sin teñir.Lo ideal es que las figuras que utilicemos para la mesa las hagamos nosotros mismos con lana, fieltro,…

Aunque por supuesto, también se pueden colocar elementos comprados como por ejemplo: animales de madera, figuras de pesebre de yeso, liebres de Pascua de chocolate, huevos, cristal tallado, un candelabro, una postal o una lámina.

¿Cómo se usa la mesa de estación?

Primero de todo es importante tener en cuenta que cada mesa de estación, de cada casa, puede ser diferente, porque es un elemento variable, que siempre está cambiando con objetos que van y vienen.
A los niños se les debe permitir tocar y mover los objetos sobre la mesa de estación, aunque con la indicación que son objetos destinados para estar en este momento en la mesa y que no pueden llevárselos para jugar fuera de ella.

También se les puede animar a que busquen tesoros de la estación, que puedan ir incorporando cada día.Sunflower suele traer los bolsillos llenos de tesoros; en verano de conchas y pequeñas caracolas, ahora en otoño bellotas y hojas, a veces alguna piedra, otras veces flores o piñas… Es importante que la mesa sea adecuada a la estación que estamos atravesando y también a los niños, por eso para los niños muy pequeños puede ser mucho más sencilla; quizás una tela, algún animalito y un par de piñas o ramas es más que suficiente.Por cierto, la mesa de estación puede estar presente en casa desde que los niños son bebés, aunque a partir de los 18 meses—2 años ya van a poder interactuar mejor con ella e ir integrando ese ritmo anual del que te hablaba al principio.

La mesa de estación del Otoño

El verano ha llegado a su fin.  Ahora el día y la noche son más o menos de la misma duración. Es el momento de tener en cuenta lo que nos trae el Otoño.En la mesa de estación llegan frutos, setas y semillas. Los colores del verano han madurado y del rojo se están transformando en naranjas y marrones.En este momento parece que la naturaleza decae, aunque en realidad se está preparando para descansar el largo invierno y volver a florecer la siguiente primavera.

Figuras para la mesa del Otoño

La naturaleza ha sido a menudo descrita en los cuentos con sus ayudantes especiales, los gnomos.

En esta época del año los gnomos están ocupados preparando la tierra para el invierno, por lo que se visten con los colores del otoño. (En otras temporadas los gnomos pueden llevar otros colores).
En nuestra mesa tenemos un gnomo (o enanito) del Otoño colgado y una enanita más pequeña. Están hechos con lana cardada.

Para hacerlos, mira el tutorial DIY que publiqué hace tiempo sobre 2 maneras de hacer gnomos Waldorf.

Como verás nuestro gnomo del otoño tiene piernas, simplemente se hacen separando el cuerpo de lana en dos partes y haciendo un nudo en los extremos que representarán los pies.

 También se puede poner una hada Waldorf del otoño, que son de mis favoritas y adoro hacerlas.

¿Qué festividades podemos reflejar en la mesa del Otoño?

Halloween

Halloween, el 31 de octubre, es la noche en que las brujas y duendes pierden sus poderes antes de Todos los Santos. Las velas en las calabazas son como la última memoria y resplandor del sol de verano.La semana anterior a Halloween podemos ir poniendo calabazas de diferentes tamaños en la mesa de estación, es una actividad maravillosa decorarlas con los niños. Mira cómo decoramos nuestras calabazas el año pasado.También pueden hacerse calabazas con lana cardada. Este año tenemos previsto hacer alguna. Ya las iré mostrando en Instagram y Facebook.Además en este momento, podemos añadir a la mesa más enanitos, o algún animalillo como ratoncitos de fieltro.

San Martín, la fiesta del farol

Unos días más tarde, el 11 de noviembre es el Día de San Martín. San Martín fue el santo que compartió su capa con un mendigo. Es una fiesta que se celebra en muchos países de Europa y la víspera, los niños  hacen un recorrido de casa en casa cantando y llevando farolillos de papel de fabricación casera.

Es una fiesta que se celebra en todas las escuelas Waldorf del mundo.El farolillo de papel simboliza el primer resplandor de un tipo de luz que es nuevo para la estación: la primera chispa de una luz interior que  nos alumbra el camino y da calidez a nuestro corazón, invitándonos al recogimiento del otoño y que se hace más fuerte mientras nos dirigimos hacia la Navidad.

Es un buen momento para  hacer nuestros propios farolillos de papel que también podemos hacer días antes y dejar en la mesa de estación.

Mira nuestro sencillo tutorial sobre cómo hacer farolillos de papel para San Martín.

Otras actividades DIY para hacer con niños en Otoño
Teñir hojas secas con cera
Este año hemos teñido hojas con cera para colgar en la mesa de estación, es una forma de conservarlas mejor  ¡y nos ha gustado muchísimo!
Simplemente tienes que fundir al baño María algunas velas (nosotros hemos utilizado restos de velas rojas que teníamos en casa, pero puede ser también de velas blancas o de cualquier color relacionado con la estación), y después bañar la hoja con cuidado en el líquido caliente.
¡Ojo! La cera se enfría enseguida, así que es mejor que el recipiente donde derritas las velas sea lo suficientemente ancho para poder introducir después las hojas. Nosotros no lo hicimos así, y tuvimos que volver a repetir el proceso de calentar la cera.

Pintar con acuarelas


Para poner un fondo más bonito y acorde a los colores de la estación, otra propuesta es pintar algunas láminas con acuarelas. Para más información, lee el artículo donde te expliqué cómo pintar con acuarelas con niños.

Cuentos para el otoño

Además, es bonito poder acompañar todo el trabajo de la mesa de estación con cuentos apropiados a la temporada.
Algunos cuentos que tenemos en casa sobre el otoño y que nos gustan mucho:
Cuentos para ver, oír y sentir de Tamara Chubarovsky
Te lo he recomendado muchas veces pues en este libro Tamara te enseña a contar cuentos al estilo de teatrillo de mesa, además tiene cuentos específicos para cada estación y los del otoño me gustan especialmente. Te hablé más de este libro aquí.
El libro del Otoño de Rotraut Susanne Berner
Es un libro mudo en el que podemos seguir las historias de los personajes. Está lleno de detalles característicos de la temporada, ¡incluida la fiesta del farol! Te hablé de este libro aquí.

Los niños del bosque de Elsa Beskow


Otra opción son los famosos cuentos de Elsa Beskow, esa autora sueca, hace más de cien años creó una colección de cuentos infantiles tan maravillosos que siguen vigentes hoy en día y ya se consideran clásicos.
Elsa publicó una serie de cuentos para acompañar a los niños durante todo el año ambientados en la naturaleza, y en esta época es muy recomendable especialmente “Los niños del bosque”.
Los niños del bosque  narra las aventuras de cuatro niños ataviados con sombreros rojos con puntitos blancos que tienen la suerte de vivir en el bosque, en las raíces de un viejo pino, y comparten sus juegos con las ardillas, los sapos, los murciélagos, los erizos... e incluso con las hadas y con la sabia lechuza y sus hijos.
Es un cuento muy bien hecho, con unas ilustraciones preciosísimas y un texto muy bien elaborado.
Los cuentos de Elsa Beskow editados en español son casi todos de la editorial ING Edicions.

Te regalo un cuento: “La niña del  farol”


Para acabar este post, te regalo este cuento que se puede contar para ir preparando la fiesta del farol, se lo puedes contar a tus hijos de forma oral o con teatrillo de mesa, es tan bonito…  
“Había una vez una niña llamada Sunflower que había jugado mucho fuera en el jardín durante todo el verano; siguiendo el vuelo de las mariposas, cantando con los pájaros, bañándose en el mar y disfrutando de los rayos de sol.
Un día, cuando estaba tumbada en la hierba mirando el sol escondido entre las nubes del cielo, dijo: — Querido hermano Sol, pronto vendrán los vientos de otoño y después el invierno llegará  y lo congelará todo, y las noches serán largas y frías.
El sol empujó las nubes a un lado y dijo:
—Sí, todo será oscuro y frío.  Pero en el pleno invierno, el calor y  la luz vivirán profundamente dentro, ocultos a la vista. En ese  momento de oscuridad y  frío, tú también tendrás la luz dentro.

—Pero –dijo Sunflower— ¿Cómo voy a tener esa luz si está oscuro en todas partes a mi alrededor?
—Te daré una chispa de mis últimos rayos de otoño una vez que hayas hecho una casita para ella, pero debes cuidar esa chispa durante todo el tiempo de oscuridad y frío.
Y entonces el hermano  Sol, se escondió de nuevo detrás de una nube. 
Sunflower se fue a casa preguntándose cuál sería la mejor manera de hacer una pequeña casa para la chispa de sol. Cogió un poco de papel de seda y recortó unos circulitos que pegó a una lámina de papel de cera. Le puso una base y un alambre para colgarla de un palo y crear  así un farolillo. Puso una vela en medio del farolillo y como estaba oscureciendo, salió con él afuera.
Sunfower levantó el farolillo por encima de ella y dijo:
—Hermano Sol, he hecho un pequeño hogar para una de tus chispas doradas. Por favor, ¿puedo tener una? La guardaré muy bien.
Entonces, el hermano Sol la vio desde detrás de una nube y le dijo:
—Qué hermosa casa has creado.Te daré una de mis chispas doradas. 
Y de repente, Sunflower vio cómo se iluminaban los lados de su farolillo, y mientras lo miraba, vio una chispa feliz bailando en la parte superior de la vela. ¡Oh, qué feliz la luz estaba en su precioso farolillo! Brillaba y brillaba con tanta intensidad.
—Gracias, Hermano Sol —Sunflower gritó— ¡Gracias! Y ella cogió su farolillo y lo llevó cuidadosamente a casa cantando:
Jo vaig amb la meva flama, la meva flama va amb miA dalt brillen els estels, aquí la llum som jo.
Oh llum, oh llum, brilla ben fort, Blau, verd, groc i vermell.
Jo vaig amb la meva flama,La meva flama va amb miSom feliç com una reina, Jo som feliç com un rei.
Oh llum, oh llum, brilla ben fort,
Blau, verd, groc i vermell.

<<El invierno es una aguafuerte, primavera una acuarela, un óleo de verano y otoño un mosaico de todos ellos.- Stanley Horowitz>>

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