Aunque los riesgos más evidentes para el paciente se producen en la asistencia hospitalaria, sin embargo es en la atención primaria donde su elevada frecuentación hace que, aun siendo relativamente baja la incidencia de acontecimientos adversos, en términos absolutos sean numerosos los pacientes afectados. Sin embargo, más de la mitad de los acontecimientos adversos que se suceden pueden evitarse. Sin duda, es un dato a tener muy en cuenta, señala el doctor Fernando Palacio, coordinador del Grupo de Seguridad del Paciente de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC), "por eso debemos hacer todo lo que esté en nuestra mano como profesionales para prevenir cualquier error cuando sea posible. La gran mayoría de incidentes se dan por la coincidencia o encadenamiento de diferentes fallos del sistema, por lo que el análisis de estos incidentes debe dirigirse a detectar dichos fallos, en los que sólo una pequeña parte corresponden al personal y aún en estos casos, muy matizados por otras circunstancias". Precisamente cómo actuar para minimizar los riesgos en el sistema sanitario, la seguridad en el uso adecuado de los medicamentos, o la seguridad en las actuaciones médicas han sido algunos de los temas abordados en las IV Jornadas sobre mejora de la seguridad del paciente en AP, que se acaban de celebrar en Barcelona y que han sido organizadas por semFYC y por la Sociedad Española de Calidad Asistencial (SECA), con el apoyo de la Sociedad Catalana de Calidad Asistencial (SCQA) y la Sociedad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria (CAMFiC). Y es que en los últimos años, la Mejora de la Seguridad del Paciente se ha constituido en uno de los principales campos de trabajo entre los esfuerzos dirigidos a potenciar la calidad de la asistencia. Una actividad en la que se han involucrado tanto organismos internacionales, de la importancia de la OMS o la Comunidad Europea, como los Servicios de Salud de todos los países desarrollados. Como explica el doctor Fernando Palacio, "la propia entrada de los pacientes en el sistema sanitario implica unos riesgos y Seguridad del Paciente trata de minimizarlos. Así, lo que antes no era considerado un problema ahora lo es porque se puede evitar y ya todos los sistemas autonómicos de salud disponen de unidades funcionales de gestión de riesgos". Para el doctor Josep Basora, presidente de semFYC, "la seguridad del paciente es una prioridad para el Sistema Nacional de Salud, pero también es un reto para los propios profesionales en general y para la sociedad científica que presido en particular. De ahí que contemos con un grupo de trabajo específico sobre este asunto encaminado a promocionar actuaciones que redunden en una mayor seguridad para el paciente". -Incidentes más comunes En España cada día se realizan más de un millón de visitas al centro de salud y sólo en 11 de cada 1.000 se da un efecto adverso. Los errores relacionados con la medicación son los más frecuentes seguidos por los fallos desencadenados por la falta de coordinación asistencial. Como explica el doctor Palacio, "es lógico que sea en el ámbito de la prescripción donde más posibilidades de cometer un error existen dado el número de recetas que se realizan. Por otro lado, el hecho de que haya pacientes que por su historia clínica sean atendidos por diferentes especialistas, dificulta la coordinación asistencial y propicia los errores". No obstante, la práctica sanitaria en Atención Primaria es razonablemente segura: la frecuencia de efectos adversos es baja y, además, predominan los de carácter leve. A pesar de ello, la seguridad del paciente es importante en el primer nivel asistencial y para este experto también es clave la notificación de los incidentes, acaben o no en daño, ya que es precisamente esa notificación la que proporciona el material para la mejora. "De hecho, cada vez se producen más notificaciones, aunque todavía no las suficientes, y es que es una de las herramientas fundamentales para la mejora de la seguridad del paciente, porque es a través del análisis de los errores como podemos saber que barreras poner para que no vuelvan a ocurrir". -El profesional de AP: la segunda víctima del error El profesional de atención primaria es considerado como la segunda víctima del error por detrás del paciente, aunque como indica el doctor Palacio el médico lo perciba también como un daño para sí mismo. Esta situación motiva que exista en general un miedo a reconocer el error que tiene su origen en una cultura de la culpa. "Todavía muchos profesionales consideran el error como algo demasiado personal y no se preguntan qué es lo que ha fallado en el sistema para que el error se haya podido cometer". "Muchos de los errores que se cometen en el primer nivel asistencial son a veces muy sutiles, lo que implica que en muchas ocasiones aún no seamos conscientes de que se producen", indica este experto. "Por tanto", concluye, "debemos promover que los profesionales de primaria asuman que existe una posibilidad de daño para el paciente dentro de la asistencia y que el mismo es una consecuencia del sistema. Es decir, se trata de defender frente a la cultura de la culpa la cultura del error, entendida ésta como aquella que admite que el error es humano y que es preciso poner medios para que esto no vuelva a suceder".