Como cada año desde que vivo en Barcelona, intento escaparme unos días a disfrutar de la Feria de Abril de Sevilla, y este año no iba a ser menos, ya que además estrenaba un nuevo Traje de Flamenca.
Los orígenes de la Feria de Abril se remontan al año 1846, cuando Narciso Bonaplata (catalán) y Jose María de Ybarra (vasco) redactaron una propuesta pidiendo autorización para celebrar una feria anual durante el mes de Abril . Desde estonces se ha ido celebrando año tras año una de las citas más importante para los sevillanos, donde las actividades principal son comer, beber, bailar, charlar y disfrutar con los amigos.
El Real de la Feria se llena de colorido cada primavera: las casetas, el albero, los farolillos, el paseo a caballo y los Trajes de Flamenca.
Todo un mundo de complementos se mueve alrededor de la moda flamenca: mantones, pendientes, flores, pulseras, collares, peinecillos, zapatos y telas. En cuanto a los tejidos todo tiene cabida, el clásico popelín, piqué, algodón satinado, perforados, satén, encajes, etc.
Los peinado también tienen su moda, los recogidos son mis favoritos, siendo el moño bajo, enrollado y con raya en medio el que más triunfa. Aunque también se ve una amplia variedad en peinados: pelo suelto, trenzas espigas, moños con trenzas, moños italianos, etc.
Los zapatos más cómodos para llevar al Real son las cuñas de esparto, a juego con el traje y de mil colores las puedes encontrar.
Aunque para estar a la última en tendencias en la moda flamenca lo mejor es no perderse SIMOF (Salón Internacional de la Moda Flamenca) que se celebra cada año.
La Feria hay que vivirla de día y de noche, de día destaca el Paseo a caballos y por la noche hasta que el cuerpo aguante. Si quieres disfrutar de la Feria no hay que olvidar que hay un protocolo para no desentonar: hombres de traje de chaqueta o de corto para montar a caballo y mujeres con trajes de flamenca o arregladas.