Hay personas que me preguntan ¿No Crees en la Navidad? Y la verdad, es que hay pocas cosas en las que creo que vengan procedentes de este sistema que nos hemos inventado los humanos; y, digo hemos porque aunque yo no haya inventado mucho o nada dentro de él, soy partícipe y como tal formo parte aunque tengo que reconocer cierta incoherencia de mi parte al hacerlo, sin estar de acuerdo en muchas cosas.
La navidad, dulce o triste Ritual
No estoy de acuerdo con el consumismo desaforado de estas fiestas ni en las de Reyes ni en ninguna otra. Sí que en mi casa sin importar la cantidad de personas que nos reunamos hay arbolito de navidad, de echo esta es la foto...
También hay uno o dos regalos para cada uno, un menú especial o diferente al del resto del año, una mesa con apetitosas cosas dulces y poco más..., sobre todo ahora que ya no hay niños pequeños que de alguna forma añadan ese toque misterioso e ilusorio en estas fechas.
Pero, ¿Por qué la Navidad es tan especial?
Básicamente creo que hay dos motivos de los que luego se pueden desprender varios, uno de ellos puede estar relacionado con la pérdida de un ser querido justo en estas fechas o próximas a las mismas, cosa que por supuesto llena de nostalgia, tristeza y demás emociones que a nadie le gusta vivir, mientras la mayoría del mundo se encuentra de fiesta.
Otra, es la de quizá un nacimiento justo un 24 o 25 de diciembre o alrededor de estas fechas junto a lo que conocemos como Navidad, que no es otra cosa que un ritual. Se considera así porque es una fecha señalada para la mayoría de las personas en el mundo y que de alguna forma implica reunión entre gente afín y familiares que requieren una preparación previa.
Desde pequeños esperamos esta fecha para ver a Papá Noel, o Santa Claus dependiendo de dónde se viva; la ropa seleccionada o comprada específicamente para la ocasión junto a las largas y concurridas mesas en las que se puede degustar deliciosos y en ocasiones exóticos manjares, tampoco faltan. Velas, ornamentación adecuada y música terminan por completar el conjunto navideño.
¿Quién de niño no ha esperado año tras año la navidad? ¿Y, ver cómo luego del 6 de enero tanta magia desplegada llegaba a su fin hasta el próximo año? Es así, son momentos memorables que cuando somos adultos recordamos con una mezcla de alegría y nostalgia y, que para la mayoría de nosotros son inimitables e irrecuperables, aunque deseamos traerlos al presente no hay forma posible de hacerlo por diversos motivos. La navidad está presente en casi todo el planeta, aunque cada sitio le pone su huella...
3 Costumbres navideñas curiosas de ciertas partes del mundo
- En algunos países europeos al momento del brindis se cierran los ojos para evitar siete años de mal sexo
- Los judíos preparan y eligen la comida de acuerdo con reglas específicas kosher
- En partes de Medio Oriente e India, solo se debe usar la mano derecha para comer
Los beneficios psicológicos de la navidad
Según dicen tener ciertos momentos en el año en el que la gente sepa exactamente qué es lo que va a hacer, en qué lugar y de qué se trata el acontecimiento que se realizará, aporta una sensación de tenerlo todo bajo control y también cierta tranquilidad sin por supuesto entrar a profundizar en qué quizás te estés muriendo de la ansiedad, con tan solo pensar que te encontrarás con tu suegra!
De todas formas los estudios realizados por el Premio Nobel Daniel Kahneman, asegura que esta fiesta como otras familiares a modo de rituales, sirven para acercar a las personas y fortalecer vínculos, ya que de algún modo son fechas en las que se hace lo posible por conseguir la reunión familiar y con los seres más queridos.
Las tradiciones familiares cobran más importancia que nunca y no son pocos los que deciden pagar fortunas por viajar hasta el sitio en el que viven sus familiares para pasar las navidades y compartir aunque más no sea un par de días. Los preparativos previos relativos a la comida son otra tradición que no falta.
También parece ser que el aplicar rituales durante la elaboración de las comidas navideñas aumenta el sabor de las mismas al menos desde el aspecto psicológico; al igual que el hecho de que los niños, participen al prepararlas hace que disfruten más de ellas.
Por eso compartir desde la preparación de las comidas hasta luego el intercambio de regalos, deja ver lo importante que resulta esta festividad desde el punto de vista de sentirnos importantes para alguien y a su vez que alguien sienta que lo es para nosotros. Ya sea por compartir la mesa, recibir un regalo y por supuesto el brindis acompañado de besos y abrazos.
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