Con la Navidad llega una época de reuniones familiares, comidas, cenas, regalos, compromisos, etc…. ¿pero? ¿Cómo debemos afrontar estas emblemáticas fechas? ¿Debemos acudir a todos los compromisos (familiares o con amigos) sin faltar a ninguno? ¿O somos nosotros los organizadores de un evento familiar con menú “de lujo”?
La Navidad puede ser para algunos, un tiempo de diversión mezclada con algo de melancolía al no poder estar junto a sus seres queridos, ya sea porque viven lejos o porque han partido hacia un lugar del cuál nunca regresarán….
En todo caso, no está de más recordar algunos consejos para afrontar la Navidad positivamente:
No idealicéis las Navidades, ni generéis expectativas. Intentad manteneos en la normalidad y seguir con vuestro día a día. Estas fechas siempre tendrán la importancia que vosotros les queráis dar.
Analizad lo positivo que tiene vuestra vida, valorad y dad gracias por lo que tenéis (familia, amigos, trabajo, ilusiones, salud…), en lugar de lamentaros por lo que no tenéis.
Relativizad los problemas, sed realistas y procurad adquirir cierta perspectiva de los acontecimientos. Es importante aprender a disfrutar de los pequeños momentos.
Aceptad la situación en la que os encontráis, ya sea sin pareja, separado/a, o con la familia lejos, etcétera…. y sacadle el máximo partido, dentro de vuestras posibilidades. Siempre podéis recurrir a vuestros amigos de confianza o familiares más íntimos, para sentiros arropados por la gente que os quiere y experimentar el periodo “de duelo” que implica toda pérdida. (Soltar el pasado, aceptar la situación como nueva etapa y analizar lo que se quiere a partir de ahora).
Pero eso no es todo. En Navidad es el momento de reuniones familiares en dónde pueden surgir conflictos que empañen estas fiestas. Para estos casos es aconsejable:
Aprender a usar vuestra libertad, siendo libres de elegir y respetar la libertad de los demás. Disfrutad estando con los vuestros y teniendo vivencias positivas.
Sed flexibles, la normalidad en las relaciones no existe, puesto que hay tantas normalidades como individuos. No comparéis a vuestra familia con otras; ninguna es mejor que las otras.
Sed capaces de defender vuestras fronteras sin necesidad de aislaros del mundo exterior. Una buena relación con la familia es enriquecedora.
Evitad hablar de problemas, generar discusiones o tensiones innecesarias y juzgar a los demás.
Poned límites, llegad a acuerdos, priorizad vuestras necesidades y comunicaos.
No os sobrecarguéis de responsabilidades y pedid ayuda si la necesitáis.
Respetad la relación de vuestra pareja con su propia familia. No es necesario que estéis presente en todo momento.
No existe la familia perfecta!! Intentad aceptar los miembros de vuestra familia (y la de vuestra pareja), pensando en sus cualidades y en lo que podéis aprender y compartir de positivo con ellos!!! Carpe Diem también en Navidad!!!
Besos desde mi blog!!!