La necesidad del mito

Por Javier Rojo @blogtueii

Eres cautivo de una vida que has escogido recordar.

Susan Musgrave, poeta.

Esta semana no me pude levantar mejor que con el grandísimo artículo de Xavier Guix, “El largo viaje de la vida”, publicado en el El País-Semanal.
Una desgarradora historia en la que describe la transformación del héroe (Ulises) a través del sufrimiento, de la superación de todo tipo de inimaginables aventuras y de los miedos del camino. A fin de cuentas… del verdadero significado de la confrontación que ejercemos con nosotros mismos.
Artículo que de inmediato me recordó la lectura de dos grandes del humanismo/existencialismo psicológico y que no puedo dejar de mencionar: Rollo May y Abraham Maslow.
Rollo May era un fervor creyente del papel que ejercen los mitos, y de como también en la misma sociedad actual en la que vivimos, estos nos sirven de guía e inspiración para dar sentido a tanto caos y adversidad en la que nos vemos envuelto.
Y entre una serie de mitos nos contaba tres que para mi destacan sobre todos los demás: Los héroes, un lugar al que pertenecer, y el del hombre desamparado con miedo a perder su identidad, que por mala y devastadora que fuera, era lo poco que poseía y no se podía permitir perder.
Maslow por su parte, nos alertaba del peligro que corríamos al caer en las redes de lo habitual. Afirmando que “tendemos a estar satisfechos con situarnos en una posición de normalidad que compartimos con todos los demás, siendo ésta lo mejor que se puede esperar para nuestra vida”.
Y nos alertaba porque claro, ¿qué ocurre cuando se nos destroza nuestra realidad?
Estaríamos en riesgo de caer en el mismo momento en el que ésta se derrumba. Y no importa si es por culpa del diagnóstico o evolución de una enfermedad, de encontrarnos en desempleo, o porque nuestra pareja o grupo de amigos se deshace.
Limitar nuestra satisfacción a lo que es la norma es un error imperdonable que nos deja totalmente desprotegido a las mínimas de cambio.
Hoy con una crisis social y humana jamás vista, y en una posición de vulnerabilidad al tener una enfermedad crónica con la que convivir, podemos llegar a sentir ese resquebrajamiento de nuestra identidad y de nuestro lugar en la sociedad. Entendiendo esa normalidad que era nuestra, y ahora de unos pocos, como un nuevo concepto o especie de enfermedad que nos priva de lo que un día fuimos y tuvimos.
Así, en una situación en la que impera el agravante crecimiento del drama social y personal, muchos son los afrontan como Ulises “su propio viaje de vuelta a casa” sin percatarse que son ejemplos reales del verdadero héroe, del que escribe su historia a golpe de batalla, y que cuentan con la oportunidad de crecer y expandirse con las oportunidades que se presentan.
En nuestro caso ya no habría necesidad de mitos. Somos la mismísima representación del mismo. Solo necesitamos comprender que esta es nuestra propia esencia, apartar las dudas, y adentrarnos de lleno en este historia que nos ha tocado vivir. Despl