La noche de..... Blade Runner versus Bilbao

Por Mapala

AÑO 2014
Era una noche fría, de esas en las que la humedad  del norte te recorre el cuerpo y no te deja ni pensar. El humo parecía más intenso que cualquier otro día y hacía que la visión fuese aún peor pero, Rick a pesar de tener sentimientos enfrentados, sabía lo que había hecho.
Ella estaba tirada en el suelo, ya no volvería a ver su sonrisa ni a pasar horas con ella hablando de cómo cambiar el mundo... la había matado. Tenía que hacerlo.

Otro día que al levantarnos y poner las noticias nos dicen que no se nos olvide llevar las mascarillas. Altos hornos lleva desde 1902 (Buff, qué lejos queda ya) trabajando a un ritmo frenético. Las sirenas de Astilleros Euskalduna que avisan de que ya es hora de entrar a trabajar me despiertan cada noche....eso y ese letrero luminoso que han colocado al otro lado de la calle.....y ella está muerta…. a mi lado.
No hay día en que no piense cómo podrían haber sido las cosas si esto no hubiese crecido como lo ha hecho. Sin embargo, me da miedo pensar en otro tipo de vida. Esto es lo que conozco, esta es mi forma de vida. Así nos va bien. Y es que todo comenzó el siglo pasado, en la década de los ochenta. Estuvieron a punto de desmantelar la industria de Bilbao, oh! qué hubiera sido de nosotros.... toda nuestra vida gira en torno a acerías y astilleros, sin eso no podríamos haber seguido adelante. Las revueltas de aquellos años, las manifestaciones, caucho quemado, todavía están presentes en la memoria de nuestros abuelos. Fueron tantas y de tal magnitud que el gobierno tuvo que desistir de la idea de cambiar Bilbao, decían que para convertirla en una ciudad del sector servicios. ¡Sí claro!, decía mi abuelo, él tenía perfectamente claro que la única manera de que esta urbe se desarrollara era invertir en lo que sabíamos hacer, eso decía.

En este momento estoy a punto de ir a trabajar, mejor dicho mi replicante tendrá que ir… Yo estoy agotado, y el letrero… y ella muerta.
Dentro de poco tendré que acostumbrarme a ir siempre yo a trabajar porque perderé a mi replicante. Parece que algunos están empezando a rebelarse y pronto nos darán órdenes de  matarlos, perdón, "retirarlos". Nos costará acostumbrarnos a este cambio pero no podemos permitir que, seres humanos creados por la ingeniería genética, se crean con derecho a decidir y cambiar las cosas.
Sabemos que todo tiene un precio, en nuestro caso, tenemos nuestra ciudad tiene la peor calidad de aire de la historia, y una ría que no puede absorber más contaminación. Pero, tenemos trabajo, y se han hecho grandes esfuerzos por mejorar la ciudad, construimos museos,  edificios emblemáticos que apenas se ven de tanta contaminación, vivimos en un constante entrar y salir de alertas rojas…(Por megafonía) No hagan deporte, alejen a los niños del cauce fluvial…
Salgo de casa, las calles están llenas de trabajadores que van puntuales a sus puestos de trabajo. Atravieso el asfalto bajo la cúpula de cristal. Parece que allí fuera llueve. Ya no recuerdo ese olor a tierra mojada, ni la sensación de las gotas en mi piel...

Llego al Museo Guggenheim. Aquí trabajo. Tengo que conformarme con esto. Somos dos personas las que trabajamos aquí y nos organizamos para hacer de guía y gestionar todo el museo. La gente piensa que es un trabajo sin sentido. No les falta razón... raro es el día que entran más de diez personas. Y muchas de esas veces solo lo hacen para preguntarme por alguna dirección de alguna fábrica que no encuentran. Un tal Frank decidió construirlo pero, yo creo que es una de esas cosas que se hacen por hacer, malgastando el dinero de la ciudad. Sin embargo, es mi trabajo y lo cumplo.
La he matado porque ella…. ella…. era una de ellos (replicante) y quería cambiar las cosas. ¿No están mucho mejor así?
FIN                                                                                                                                
¿Smart city? Si revisais el post de esta semana podemos hacer el ejercicio de analizar a través de los parámetros marcados que ciudad es el Bilbao, mejor dicho el Gran Bilbao, de ahora y el que podría haber sido.
¿Por qué  una ciudad se transforma?, ¿qué la motiva a cambiar?, seguramente no ella misma… nosotros no queremos cambiar…. Relato inspirado en Blade Runner, interpretación muy libre de como sería Bilbao, una ciudad oscura, contaminada, pero próspera .
Para llegar al momento actual la sociedad ha tenido que asumir cambios importantes, en Bilbao poca gente daba crédito a la idea de una ciudad limpia, sin industria, ¡turística!, eso sí que le hubiera hecho reir a mi abuelo, que alguien viniera a Bilbao a “hacer turismo”.
En este momento hay ciertos supuestos que ya se dan por verdaderos, cuando, han sido altamente criticados y no entendidos.¿Imaginaba alguien un Bilbao como el de ahora?, mi abuelo os puedo prometer que no, para él en Bilbao nunca brillaría el sol como lo hace ahora…

 Arriba Astilleros de Abandoibarra, 1970. Abajo El M. Guggenheim, P. Euskalduna y M. Marítimo

Humildad y un gran sentimiento de insignificancia es lo produce escribir sobre Blade Runner, filme de culto y gran reflexión, de múltiples interpretaciones, las cuales han sido abordadas con gran maestría por ya muchos otros autores difíciles de superar. Pero de lo que va esta reseña, humilde y respetuosa, es la de crear en sus breves paginas un acercamiento a este gran imaginario, invitando al lector a maravillarse y perderse en su mitología.La imagen de Blade Runner nace de la idea de representar el concepto de Megalópolis, ciudad descomunal cuya extensión parece infinita y que no termina en el horizonte. Ciudad decadente, compuesta por un gran conglomerado de rascacielos que nace de suburbios superpoblados y de chimeneas industriales, las cuales escupen fuego como si del infierno mismo se tratara. Metáfora por donde se le quiera ver, con calles llenas de contaminación, violencia, ruido, invasión publicitaria, ingredientes de una metrópolis caótica la cual no es más que una exageración de las características que ya definen la ciudad actual.
Por Rafael Altamirano PUBLICADO EN: Cine y Arquitectura