La obesidad y el estado de la flora intestinal

Por Mamucer @MarinaMunozC

- Marina Muñoz Cervera -

Todo lo que comemos determina el estado de nuestro organismo y de ello no se salva nuestro intestino. La flora microbiana, tan importante para la realización de los procesos digestivos de absorción de nutrientes en el intestino delgado, puede verse alterada por alimentos muy grasos y/o exceso de azúcares dentro de un desequilibrio alimentario.

Una noticia publicada en ABC Salud el 28 de agosto de 2013, refiere los resultados de dos interesantes investigaciones que estudiaron la composición de la flora intestinal en función de la alimentación y del exceso de peso.

Ambos estudios fueron publicados ayer, día 28 de agosto de 2013 en la Revista Nature, el primero: Dietary intervention impact on gut microbial gene richness., determina mediante la exploración del ambiente genómico intestinal, (metagenómica), las variaciones que existen en la riqueza de las bacterias propias del intestino en un grupo de 38 personas obesas y 11 con sobrepeso. Comprobaron que las personas con menor riqueza en flora intestinal presentaban mayores disfunciones metabólicas y mayor grado de inflamación de bajo grado en la mucosa intestinal. Después de una alimentación sana, mejoró el perfil genómico de la flora, sin embargo no fue tan efectivo para el proceso inflamatorio (2).

En el segundo estudio, Richness of human gut microbiome correlates with metabolic markers, investigaron en 123 personas obesas y 169 no obesas, observando que había diferencias en la riqueza de una buena flora microbiana entre un grupo y otro. Las personas con una mayor pobreza en su flora presentaban una marcada adiposidad general, resistencia a la insulina, dislipidemia y un fenotipo inflamatorio más pronunciado que las personas con una mayor riqueza en su flora microbiana. Sus conclusiones pueden ayudar a aquellos grupos de personas con mayor riesgo a desarrollar comorbilidades asociadas a la obesidad como la Diabetes, Síndrome metabólico, etc. (3).

El artículo de ABC Salud nos dice también que “Las complicaciones metabólicas asociadas a la obesidad se han convertido en una epidemia. Se espera que la obesidad aumente en todo el mundo, y pase de los 400 millones de personas obesas en 2005, a más de 700 millones en 2015. Y dicha tendencia se calcula que persistirá al menos hasta 2030. Por eso determinar qué personas son más sensibles a desarrollar obesidad y sus complicaciones puede ser un buen principio para cambiar las catastróficas previsiones” (1).

Ambos estudios son muy importantes, por un lado, porque determinan la importancia del estado de la flora intestinal en la tendencia a engordar y/o a “no adelgazar”, y por otro, porque permiten desarrollar actividades de intervención sobre aquellas personas con mayor riesgo de enfermedades asociadas a la obesidad y al sobrepeso.

Una alimentación saludable aunque, a corto plazo, solamente influya en la recuperación de una buena flora microbiana en nuestro intestino, a la larga puede determinar que los procesos inflamatorios intestinales asociados a una mala alimentación, vayan recuperándose. Tenemos que tener en cuenta que los procesos inflamatorios intestinales unidos a una flora deteriorada impiden que los nutrientes de absorban de una forma correcta e incluso la síntesis de algunos nutrientes y el resultado es que nuestro organismo funciona en un constante desequilibrio al no ser capaz de utilizar la riqueza energética y nutricional de nuestros alimentos. Una alimentación variada y equilibrada proporciona la suficiente fibra y los nutrientes necesarios para que nuestro intestino cumpla sus funciones digestivas sin problemas.

Enlace relacionado:

10 DATOS SOBRE OBESIDAD. Organización Mundial de la Salud.

Fuentes bibliográficas:

(1) R. I. ABC Salud. “La flora intestinal determina la salud de las personas obesas”. 28 de agosto de 2013.

http://www.abc.es/salud/noticias/flora-intestinal-determina-salud-personas-15597.html

(2) Nature 500, 585–588 (29 August 2013) doi:10.1038/nature12480

http://www.nature.com/nature/journal/v500/n7464/full/nature12480.html

(3) Nature 500, 541–546 (29 August 2013) doi:10.1038/nature12506

http://www.nature.com/nature/journal/v500/n7464/full/nature12506.html

Imagen:

http://www.naturcoach.es/archives/518