Bajas laborales para los cuidadores y ayudas económicas urgentes para mejorar la calidad de vida de los últimos días. Estas son dos de las doce medidas que la Organización Médica Colegial (OMC) y la Sociedad Española de Cuidados Paliativos han enviado a la ministra de Sanidad, Leire Pajín, para que valore su incorporación a la anunciada ley de muerte digna.
Las dos organizaciones médicas creen que la nueva legislación es una «oportunidad histórica» para resolver problemas no resueltos con la ley de dependencia y la atención de los enfermos terminales. Uno de ellos es el acceso a las ayudas económicas previstas por la Ley de Dependencia que no llegan a tiempo cuando el paciente tiene una expectativa de vida muy limitada. Frente a la burocracia, proponen un procedimiento urgente que permita a los enfermos terminales acceder a las ayudas. Para evitar posibles fraudes, los médicos proponen que la prestación se limite a seis meses de duración. Las ayudas permitirían contratar a cuidadores o adquirir ayudas técnicas, como colchones especiales, para afrontar con una mayor calidad de vida los últimos días, sin burocracia ni esperas.
Los médicos también reclaman que el familiar cuidador pueda acogerse a una baja laboral para poder atender al enfermo, como ya está previsto en los padres de niños con cáncer y otras enfermedades graves. La medida sería «económica» porque permitiría a quien lo desee morir en casa , acompañado de sus familias, «sin el elevado coste de la atención en un hospital», defendió el presidente de los médicos, Juan José Rodríguez Sendín.
Los facultativos creen oportuno aprovechar la nueva ley para hacer más sencillo el acceso a medicamentos derivados de la morfina que alivien el dolor más potente. En estos momentos, se necesita una «receta de estupefacientes» que solo pueden facilitarla determinados médicos. «Si el enfermo necesita una receta en mitad de un fin de semana porque su escala de dolor ha cambiado puede estar dos o tres días hasta conseguir la receta de su médico», comentaba el presidente de la OMC. Se pide un sistema más sencillo que, al mismo tiempo, garantice el control de estos medicamentos.
Las recomendaciones de la OMC y la Sociedad de Cuidados Paliativos también incluyen cambios desde la formación de los propios profesionales. «La ley debe garantizar la creación de equipos profesionales con formación avanzada y un perfil específico para esta atención», dicen. Los cuidados paliativos se consideran una «competencia básica», con independencia de su especialidad» por lo que se reclama la obligación de que todos los estudiantes de medicina se formen en la atención del final de la vida.
-Cambio de nombre
Otra de las recomendaciones de los profesionales es que la ley vele por que la nueva norma facilite el acceso de niños y adultos no oncológicos en las mismas condiciones de los pacientes con cáncer. Asimismo, los médicos lanzan una crítica velada a la desigualdad entre comunidades autónomas. «Los cuidados paliativos no pueden considerarse un privilegio sino un derecho de todos los ciudadanos. Debe garantizarse el acceso equitativo y establecer una política de recursos humanos y estructuras asistenciales adecuados», reclaman a Leire Pajín en su escrito.
También le animan a cambiar el nombre de ley de muerte digna por calidad en la atención al final de la vida. «La muerte no es digna, simplemente es muerte», sentencia Sendín.
**publicado en "Vocento"