Con el nombre “La oruga” y sabiendo que era de terror, fueron motivos suficientes para que me decidiera a leerlo lo más antes posible.
La oruga nos cuenta la historia de un teniente que vuelve después de haber prestado servicios militares. Sin embargo no vuelve igual que como se fue, para nada. Al hombre deben amputarle ambos brazos, ambas piernas, y para colmo se queda sordo y ciego.
Me encanta la hipocresía de la gente, ya que todo lo tratan como a un héroe de guerra, al hombre le dan una condecoración, en fin, es el tema del momento. Pero después hasta sus mismos parientes se alejan por miedo a que les pidan ayuda.
Al fin del día, la que debe cuidarlo es la mujer. Quien por cierto, va a tener una forma de comportarse muy extraña.
La verdad es que el relato me gustó, pero cuando llegué al final quedé como descolocada, porque no entendía bien si lo que acababa de pasar me gustaba o no.
Les daré las razones sin revelar detalles importantes, durante todo el relato estamos hablando de un hombre incapacitado, (sin brazos, sin piernas, sordo y mudo) cosa que si bien es algo difícil que se de en la realidad, puede pasar, es decir que estamos hablando de un terror más mundano, mas terrenal.
Sin embargo el final tiene esa pizca de lo fantástico. Este detalle como que me decepcionó un poco porque yo esperaba que fuera un terror que alguien pudiera sentir en verdad. Pero, sin embargo esto no quiere decir para nada que el final sea malo, sino que yo me había esperado otra cosa. Aun así debo concluir que este relato me encantó, y sin dudas volvería a leer al autor o releer el relato.