La noticia de la muerte del terrorista mas buscado en el mundo ayer fue recibida en Estados Unidos con alivio, y a veces con celebración.
Debo admitir que aunque desconfío bastante del gobierno americano y sobre todo de su aparato militar, me alegró la noticia, que como ciudadano americano una parte de mí sonreía al saber que las tres mil personas que murieron y los efectos tardíos, la constante propaganda de miedo y militar del gobierno post 9/11, el acoso e intimidación universal que conlleva entrar a un aeropuerto cuando uno lo que quiere es ver a la familia luego de años extrañándola ... no se, tanto inconveniente innecesario ... mas la ruina financiera y la decadencia en general, y hasta el aparente fin del sueño americano y la guerra de clases ahora en tiempos de austeridad. Todo porque a un cabrón que odia a Estados Unidos con un odio consagrado a los pies de Dios se le ocurrió matar miles de ciudadanos.
En ese día, aunque desconfío de mi gobierno, yo fui enteramente americano. Nadie olvidará lo que pasó, la unidad que hubo entre americanos de todas las culturas cuando fuimos atacados. En los racialmente divididos vecindarios de Chicago, gente de todos los colores e idiomas saludaban con un pésame las banderitas americanas que todos los demás llevaban. Otro comentario social: que triste que haga falta eso para que estemos unidos.
Y ahora que se van a escribir los libros de historia y se va a ver a Bin Laden desde cierta distancia, vamos a poder añadirle mas perspectiva a Bin Laden, no solo a lo que el gobierno americano ha hecho con su imagen y los modos en que han atentado contra nuestras libertades.
No: VAMOS A MIRAR A BIN LADEN, el hombre histórico. Porque yo soy ateo, y en la historia hay calamidades que tienen un nombre que no se le quiere dar: son CALAMIDADES RELIGIOSAS. Y eso fue Bin Laden. Un fucking ogro odiado. Un perro feroz disfrazado de oveja, disculpen los ecos de Mateo 23 (léanlo ... es irónico, pero creo que Jesús odiaba la religión aún mas que yo).
Disfrazado de oveja. De piedad.
Osama era un hombre de Dios.
Un hombre de Dios.
Breguemos con esto. Hablemos de esto y no lo ocultemos para que entendamos bien lo que eso quiere decir.
Cada vez que salía en un mensaje televisado, de los labios de Osama Bin Laden salían palabras suaves. Tenía un modo cariñoso con todos los musulmanes, que eran sus hermanos. Era un hombre profundamente religioso, profundamente sincero en su fe. El creía de todo corazón en el islam. Era considerado por millones y millones de musulmanes en el mundo entero un hombre virtuoso, fiel, que no sacrifica sus valores. Fue el que defendió a Afghanistán de Rusia cuando pocos se atrevieron. Era un hombre de valentía celebrada, un buen musulmán.
Su verbaje estaba lleno de flores religiosas, referencias al Corán y de repetición constante del nombre de Dios. El Corán dice que no se deben tener amigos que no sean musulmanes, especialmente judíos. El Corán siembra la desconfianza y la violencia en el mundo.
Osama Bin Laden era un devoto que llevaba en su pecho los santos versos del santo Corán. Era un hombre de Dios.
Esto nos debe hacer pensar sobre el acariciado monopolio que tienen las religiones sobre los reclamos morales y éticos, la tan ostentada superioridad moral que nos quieren estrujar en la cara una y otra vez. La aureola de santidad con la que hasta le dan a hospitales y agencias caritativas nombres religiosos, actos de sutil propaganda con los que pretenden hacernos confundir y opinar que es legítimo creer en disparates porque los hospitales (aún los que cobran, y caro que cobran por sus servicios) y las obras caritativas son inspiradas por esos disparates ... si bien Jesús dijo en Mateo 6 que cuando uno haga una obra caritativa, que uno no debe dejar que la mano derecha sepa lo que hace la mano izquierda. Eso no se hace para que la gente lo vea, opinó el: eso sería hipocresía. Es esa la palabra que eligió Jesús cuando ponderó el asunto.
La organización terrorista Hammas es la agencia caritativa mas importante de la zona de Gaza, uno de los lugares mas violentos y peligrosos del mundo, un nido de terror religioso. Cuidan de los huérfanos y las viudas, sobre todo si sus padres y maridos fueron 'mártires' (eufemismo demasiado sobreusado). Hammas cuida fielmente de los árabes que sufren miseria como mimes en la mierda. Es lo mismo: es propaganda, como lo fueron las caridades mormonas luego del huracán Katrina, aprovechando la ocasión para sembrar semillas de su estúpida fe de rancho polígamo racista, anti-mujer y homofoba entre los damnificados.
¿En que consiste ser bueno? No evadamos esta pregunta ahora que ha muerto Bin Laden, que era el bueno para millones. Los americanos cristianos le dan las gracias hoy a Cristo y a Dios porque Osama ha muerto y se ha hecho justicia ... justo como le daba las gracias Osama a Dios porque América fue castigada por Dios en 9/11.
Los líderes religiosos con frecuencia usan flores de palabras para hablar mierda. No es muy distinto, en realidad, Osama al Papa cuando usa palabras tan santas para hablar de como Dios les dio la victoria en 9/11 al islam mientras que el Papa teologiza alrededor de sus razones para defender depredadores en su clero, sin nada de transparencia porque el Papa nunca ha respetado nuestras inteligencias.
El mejor legado histórico que podemos desprender de Osama Bin Laden, es si nos ponemos a enfrentar estas preguntas con audacia y veracidad.
La máscara omnipresente y a veces vulgar de la religiosidad no es lo mismo que la rectitud. Jamás lo será. Los valores humanos nunca deben ser remplazados por valores religiosos. Vamos a decirlo, para que haya valido en algo la pena haber tenido la desagradable suerte de ser la generación que vio 9/11. Bienvenidos a este planeta sin Osama Bin Laden.Soy terrícola, secularista y humanista.