La pediculosis es una infección de las partes velludas del cuerpo humano que se produce como consecuencia de los huevos, largas o piojos adultos. Durante la pediculosis se puede tener una fuerte picazón. Los piojos suelen encontrarse en el cuero cabelludo, las ladillas en el área púbica y los piojos del cuerpo se pueden ver en la ropa. Estos últimos se alimentan en la piel y después vuelven a la ropa, donde viven.
Todas las personas pueden tener piojos, aunque normalmente se ven más en los niños. La pediculosis es muy fácil de contagiar y es provocada de manera directa con contacto físico. Dentro de las escuelas o diferentes instituciones (clubes, piletas, gimnasios) pueden encontrarse las fuentes más grandes de infección.
Los piojos púbicos se encuentran en las personas sexualmente activas. También se contagian por contacto directo.
Los piojos del cuerpo se presentan más en personas que viven en condiciones de hacinamiento, donde falta la higiene y rara vez se lava la ropa.
Uno de los primeros síntomas de la pediculosis es la continua picazón. Es normal que uno se rasque porque los piojos se alimentan de nuestra sangre. Cuando vemos a un pequeño rascarse detrás de las orejas o en la nuca debe hacerse una revisión para buscar los huevos del piojo, o liendres. Rascarse con mucha fuerza puede causar una infección batecteriana en la región.
La pediculosis puede ser contagiada mientras se encuentren piojos o liendres vivos en la persona infectada o en la ropa.
En el mercado existen numerosos champús o cremas de enjuague con piretrinas que son los más vendidos para la eliminación de la pediculosis. Estos productos pueden ser vendidos sin receta, pero no son recomendables para los bebés, niños pequeños o mujeres embarazadas o en periodo de lactancia.
Los tratamientos deben repetirse cada semana o cada 10 días.